¡Ciao amici!
Con una aromática y crujiente focaccia en la mesa todo el mundo estará feliz. Es un hecho científico... de verdad, jajaja!!
Aunque sigo de vacaciones no he podido resistirme a compartir esta delicia con todos vosotros; si no sabéis que hacer para la cena de una de estas lindas noches de verano... aquí os dejo esta fácil y rica focaccia para que la compartáis con los que más os quieren y a los que más quereis... Un beso grande y feliz verano (aunque ya casi estamos en la recta final de las vacaciones) a todos!!!!
Esta increíble masa también se puede usar como base para preparar una rica y saludable pizza. Es tan fácil de hacer que nos hemos hecho adictos... a ella. Al menos la hago una o dos veces al mes y podéis ponerle encima lo que os apetezca. Algo interesante es que las hierbas que usemos sean, de preferencia, frescas, pero si no las conseguís, pues ponedles secas, qué este hecho no os pare.
Otro detalle es que si tenéis hijos pequeños a ellos les encanta ensuciarse las manos con harina... así que dadle un bollito pequeño de la masa y que se haga la suya, con los ingredientes que él elija... veréis como no dejan ni las migas... en fin, que una focaccia recién horneada, siempre te pone una sonrisa en la cara y buen sabor en la boca...
Después del último levado |
Ingredientes:
- 200 gr de harina de trigo blanca.
- 25 gr de levadura fresca.
- 1 cucharada sopera de azúcar moreno de caña.
- 350 ml de agua a temperatura ambiente.
- 2 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra.
- 1 cucharadita de sal fina.
Condimentos: 16 a 20 tomates cherry partidos por la mitad, 1 cebolla o 2 si son pequeñas moradas a juliana fina, hilo de aceite de oliva, sal en escamas, albahaca y orégano secos. Pero mucho mejor si podéis conseguirlos frescos.
Preparación:
Antes de ir al horno |
- En un bol grande mezclamos las dos harinas con la sal. Hacemos un hueco en el centro y desmigamos en él la levadura. Vertemos el agua tibia con el aceite y el azúcar integral de caña mezclados. Comenzamos a amasar con una cuchara de madera o con las manos.
- Una vez todos los ingredientes estén unidos vemos que tenemos una masa muy blanda. Es el momento de volcarla sobre la encimera espolvoreada con harina y empezar a amasar, ir agregando poco a poco harina (blanca usé yo) hasta obtener una masa homogénea y lisa. Este proceso nos llevará unos 8 o 10 minutos.
- Engrasamos levemente la masa y la metemos en el bol tapándolo con film transparente. Lo dejamos en un lugar libre de corrientes de aire hasta que doble su volumen. De una hora y media a dos. Yo como tenía tiempo lo dejé dos horas.
- Sacamos la masa del bol y las desgasificamos. Esto es amasarla sobre la encimera levemente enharinada 1 minuto.
Recién salida del horno |
- Engrasamos un molde rectangular que pueda ir al horno y extendemos la masa sobre el molde. Lo cubrimos con un paño limpio de cocina y dejamos que leude de nuevo otra media hora. Encendemos el horno mientras tanto y lo calentamos a 2oo º C.
- Pasada esta media hora, le damos los toques finales: con la punta de los dedos vamos haciéndole los hoyuelos característicos de este tipo de pan.
- Entonces, cubrimos la superficie con los tomates cherry haciendo una leve presión y la cebolla en juliana. Espolvoreamos también un poco de sal en escamas. Un hilo de aceite y al horno durante 20 o 25 minutos. Hasta que la focaccia suba y esté dorada.
- Un detalle importante también es que para que sea más crocante, al sacarla del horno debemos depositarla sobre una rejilla hasta que se enfríe.