El quibebe o kibebe es un plato de origen guaraní, con una textura entre sopa y puré. Es muy sencillo y sabroso, pues se hace a base de calabaza (o zapallo como le dicen en Argentina) y queso. Además, dependiendo del punto que le demos, más o menos espeso... puede servirse como primer plato o como guarnición.
El quibebe tiene sus orígenes en Paraguay y el norte argentino y fue adoptado por los criollos en la época colonial; pues era habitual en las mesas de todo el Río de La Plata en la primera mitad del siglo XIX.
Yo lo conocí a través del programa Master Chef Argentina, pues una de las concursantes que era de la provincia de Misiones, Patricia Zacarías, lo preparó. Y me imagino que ahora os estaréis preguntando: "¿Qué hace ésta... viendo un programa argentino?"... Jajaja!, pues tiene su explicación. Me encanta MChef y como mi marido es argentino... este verano pasado, cuando llegábamos del trabajo (antes de las vacaciones), como no había nada interesante en la TV (y por la noche es el único momento del día en la vemos un rato... antes de ir a la cama) pues se nos ocurrió que podíamos ver MChef Argentina... y ahí nos veis a los dos, cada noche, buscando el capítulo correspondiente para echar el rato...
Es una preparación muy sencilla y autóctona, pero que nos ha encantado a ambos, por eso, quiero mostrarlo.
La forma tradicional de hacer el quibebe es parecido a un risotto. Ponemos la calabaza cortada pequeñita en una olla y vamos agregando caldo o agua conforme lo vaya necesitando, aunque yo también vi esta otra forma de hacerlo..., más libre, que me encantó y que tiene una pinta deliciosa... así que me dije:
La forma tradicional de hacer el quibebe es parecido a un risotto. Ponemos la calabaza cortada pequeñita en una olla y vamos agregando caldo o agua conforme lo vaya necesitando, aunque yo también vi esta otra forma de hacerlo..., más libre, que me encantó y que tiene una pinta deliciosa... así que me dije:
"Y si hago una fusión... Total, es mi cocina y nadie se va a enterar... jajaja!!"
Ingredientes:
- 1 calabaza entera mediana... yo usé esta preciosidad que veis en la foto.
- 1 cebolla grande a cubos pequeños.
- 2 dientes de ajo prensados.
- Caldo de verduras casero, de 2 a 3 tazas. La iremos poniendo poco a poco.
- Queso cremoso y mozzarella rallada.
- Sal, nuez moscada, pimienta blanca molida, azúcar y aceite de oliva virgen extra. Todo a gusto.
- Harina de maíz la cantidad que se necesite. O bien, en otra versión... la que yo usé, 1 lata grande de maíz dulce.
- Perejil fresco picado para adornar.
Preparación:
- Primero
pelamos y cortamos la calabaza en cubos pequeños.
- Por otro
lado, debemos tener, en una olla aparte, el caldo de verduras
caliente.
- En otra
cacerola salteamos la cebolla y los ajos con 4 o 5 cucharadas de
aceite Cuando la cebolla esté bien cocida y transparente, agregamos
los cubos de calabaza, y vamos cocinando con fuego mínimo. Entonces, vamos
agregando poco a poco, mientras removemos, el caldo reservado. Es decir,
un cazo de caldo, esperamos que evapore y agregamos otro y así hasta que
la calabaza esté bien tierna y se vaya deshaciendo. El puré debe quedar
muy rústico, pero si os gusta más suave, solo tenéis que ayudaros con un
pisa-papas, de eso que sirven para hacer puré.
- Cuando logramos la textura deseada, agregamos la harina de maíz (de la amarilla no maicena... que es fécula), si no la consigues, puedes usar polenta aunque no es lo mismo. En cuanto a la cantidad, depende de la textura que nos guste más o menos espesa... puede oscilar entre 1/2 taza o solo 3 cucharadas, quedando así la preparación más liviana.
- Removemos
continuamente hasta que logremos la textura adecuada. Si te quieres evitar
todo este "rollo" de la harina, solo tienes que hacer como hice
yo y que queda fenomenal... usar una lata grande de maíz dulce escurrido y
mezclar con el puré y asunto resuelto.
- Ahora podemos agregar la mozzarella rallada, remover y tapar la olla hasta que se funda, unos 10 minutos... o como yo hice, porque me encantó la idea, que fue: agregar mozzarella rallada y mezclar, verter el quibebe en una fuente para horno untada con margarina y espolvoreada con pan rallado, poner más queso mozzarella por encima y llevar a gratinar unos 5 o 6 minutos hasta que esté doradito. ¡Mmm... perfecto para la cena! Aunque con esta cantidad tuve para tres días... pero no nos importó, pues realmente está delicioso y con el paso de los días se pone más rico.