Realmente hoy no vengo a mostrar una gran receta, o a dar una clase de cocina, o una clase de botánica... ni mucho menos, pues no es mi intención.
Simplemente quiero enseñaros una gran sorpresa que nos encontramos en nuestro huerto justo antes de Navidad... No publiqué la entrada antes, pues he tenido un fin de año muy ocupado y como quería dedicarle un tiempito a esta maravilla, es ahora cuando os la muestro.
La oca es un tubérculo que crece en los Andes, entre 3.000 y 3.900 metros sobre el nivel del mar. Es una especie de tubérculo entre dulce y ácido (pero con una acidez muy sutil) algo parecido a la patata, pero de un color muy diferente y precioso: como véis en las fotos tiene matices rosas, anaranjados, amarillentos... Al probarlas, simplemente hervidas con un poco de sal y aceite de oliva, su sabor y textura me recordaron al bosque, a la tierra húmeda donde habían crecido y a la naturaleza salvaje de una agricultura ecológica nada invasiva, que es la que nosotros practicamos. Su textura, aroma, sabor y color me cautivaron para siempre y me enamoré de ellas.
Esta "patatita rosa" como yo la bauticé, antes de saber qué era... nos la trajo mi cuñado, Emanuel, que la había comprado en un mercado boliviano del centro de la ciudad de San Salvador de Jujuy, en Argentina. Lugar de dónde es mi marido y toda su familia.
Mi marido las sembró en junio y la producción debería haber sido para febrero o marzo de este año... pero, a causa de una gran helada que cayó a principios de diciembre, las plantitas se echaron a perder... y sin muchas expectativas comenzamos a arrancarlas antes de irnos de vacaciones... y para nuestra sorpresa (sobretodo la mía) iban apareciendo pequeñas patatitas ROSAS!!!, que en contraste con la tierra marrón se veían preciosas... y decidme algo: ¿no lo son?
Son divinas... lo único malo... es que como eran muy pequeñas y se habían estropeado las plantas, pensamos que no daría una nueva producción este año, así que no guardamos ninguna para volver a semblar: me quiero morir... jajaja! porque a nuestro pesar, no volveremos a comer estas delicias hasta que quizás, cuando podamos ir a Argentina.... traigamos más para volver a plantarlas.
Las herví junto con otro puñadito de patatas violetas que había comprado en el mercado y tan solo les puse un poco de sal, aceite y mozzarella fresca por encima, por lo que disfrutamos de un plato sencillo, nutritivo y lleno de sabores primarios.
¡¡¡Os invito a disfrutar de esta fiesta de color...!!!!
¡Hola Pilar! Me ha encantado tu entrada de hoy. No conocía yo las "patatitas rosas" y me han enamorado. Con el frío que hace por estos lares no creo que mi padre pueda sembrarlas en nuestro campo, ni siquiera sé si se encuentran para plantar por esta zona ¡tengo que investigar!
ResponderEliminar¡Besos mil!
Son unas patatas a las que les he cogido mucho cariño, por lo ricas que están y lo bonitas que son. Un beso guapa.
Eliminar¡¡Pero qué preciosidad de patatitas, Pilar!! No las había visto nunca y me han encantado. Mi forma preferida de comer las patatitas son cocidas con agua y un poco de sal, cuando a mi padre le salen (que no les nace siempre) en el huerto, nos ponemos morados comiéndolas así. Y cuanto más pequeñitas, más me gustan. ¡¡Gracias por compartir esta belleza de la naturaleza!! Besitos.
ResponderEliminarEs que a mí, también, las patatitas hervidas o asadas son como más me gustan... Esta tenía que ponerlas en el blog, sobretodo, porque para nosotros son moy insólitas, pues no estamos acostumbrados a estos tubérculos, pero en Bolivia son muy comunes. Un beso linda.
EliminarNo conocía yo estas ocas, se ven tan bonitas y delicadas que solo con ponerlas en el plato combinadas con otros ingredientes, como tú has hecho, ya apetecen. Aunque el disfrute haya sido corto ¿quién sabe si en cualquier momento las podéis encontrar en alguna parte? Si es así pásanos la información por si acaso.
ResponderEliminarUn beso.
Uy... me encantaría volver a poderlas plantar, para que se hicieran algo más grandes, pues al tenerlas que recolectar antes de tiempo no crecieron lo suficiente. Un beso y buen fin de semana.
EliminarQue patatitas más bonitas, con esos colores tan llamativos son un encanto. Me parecen tan bonitas que con cualquier acompañamiento irían bien, con tus patatas violetas que también tienen un color que me gusta mucho, hacen una pareja perfecta. Parece un centro de mesa en los platos, en cuanto puedas trae más plantitas para España, que son una preciosidad.
ResponderEliminarUn beso grande!!
Siii, es cierto, este post lo hice porque quedaron tan monos los platos que tenía que mostrároslo... jajaja. Un beso linda.
EliminarPilar, la vida y la tierra nos llena de bellas sorpresa, ¿verdad? Además, hasta podemos sacar una moraleja de todo esto... No hay que senirse vencido ni bajar lo brazos, aún cuando todo parece perdido, porque la tierra te ha dado uno de los más bellos y sorprendentes regalos: sus frutos, incluso, en condiciones que parecían adversas (igual, recordá que en las zonas andinas donde se cultivan los papines y las ocas las amplitudes térmicas son muy variadas - mucho calor de día y mucho frío de noche - de modo que estos tubérculos pueden soportar muy bien las bajas temperaturas).
ResponderEliminarLa ensalada que preparaste seguro sabía a gloria con los frutos de tu propia huerta ¡Qué placer! :)
Ahora, eso sí, ya tienen la excusa perfecta para venirse para la Argentina de visita (además de ver a la familia, hay que buscar nuevas ocas porque no se han guardado ninguna para replantar) Jajaja ;)
Aprovecho la oportunidad para desearte un gran año, pleno de lindos y felices proyectos, planes y sueños para atesorar en tu corazón, con salud, alegría y amor.
Un beso grande.
Qué preciosas palabras Silvina, me han encantado, son un buen aliciente para seguir adelante y comenzar el año bloguero... Un beso guapa.
EliminarHola Pilar,que verdad ese refrán que dice " Nunca te acostaras sin aprender algo nuevo " y hoy he conocido por vez primera estas patatas tan bonitas y que tienen un colorido maravilloso.....y te ha quedado una ensalada de lo más colorista,sana y sabrosa
ResponderEliminarBuen termino de semana Besitos¡¡¡¡
Gracias Victoria, un saludo también para ti. Besos.
EliminarMe han sorprendido estas patatas y si que son preciosas con esos tonos entre naranja y rosa,por lo que dices tienen que estar buenas ahora mismo le metía yo el tenedor a tu plato.
ResponderEliminarBesos
jajaja... qué pena que por aquí solo podamos ver el resultado final de nuestros platos y no nos lleguen los olores, sabores y texturas, porque nos perdemos mucho, ¿a que sí? Un beso Rosss.
EliminarYo también estoy enamorada de esas patatas, qué bonitas y seguro que deliciosas, si dan pena comerlas!! Me encantaría ver tu huerto!! Un beso guapa
ResponderEliminarUy... ahora no tiene nada, solo unas coles, pero a partir de febrero comenzaremos a preparar de nuevo el terreno para plantar. Besos linda.
EliminarQue maravillosos productos nos dá la tierra! No había oído hablar nunca de estas "patatas rosas", pero oirte hablar de ellas, me deja claro que tienen que estar buenísimas! Lástima que no te hayas guardado ninguna para volver a cultivarlas!
ResponderEliminarSí, es una auténtica lástima... pero ya no hay remedio... jajaja. Un beso linda y buen fin de semana.
EliminarHay Pilar que cosa tan bonita, preciosa esa patata. jooo yo quiero de esas, para plantarlas, si te enteras donde encontrarlas dímelo porfa hoy mismo se lo voy a decir a una amiga que es de bolivia para ver si las conoce, de verdad me han encantado!!
ResponderEliminarNo me extraña que quisieras hacer este post tan especial.
Un beso guapa
Seguro que tu amiga las ha visto alguna vez y las habrá comido incluso! Qué ricas estaban. Si traigo, cuando pueda ir a Argentina, te aviso, guapa! Besos.
EliminarHola Pilar, que cosas más bonitas, cuanto daría por probar a ver a que saben, jamás he visto nada similar, suerte poder cultivarlas, que lo disfrutéis!!! Besos!!!
ResponderEliminarMuchas gracias May, para nosotros también fue toda una sorpresa... Un beso guapa!!
EliminarSon una monada y hervidas parecen albaricoques :)
ResponderEliminarBesos guapa!
Es cierto!!! No se me había ocurrido, jajaja! Son monísimas y estaban de lujo. Un beso guapa!
Eliminarque maravilla, no lo conocia, tiene una pinta increible y las fotos preciosas!
ResponderEliminarGracias Elena, cuánto tiempo, Feliz 2016!!! Besos.
EliminarOhh! me he quedado sin palabras!! corre a por más en cuanto puedas...qué vistosas quedan en el plato ¡¡una delicia en todos los sentidos!!
ResponderEliminarUn beso.
Gracias María, sí, me arrepentí mucho de no haber guardado ninguna, pues no están cerca para ir a buscarlas... jajaja! Besos.
EliminarDesconocia este tuberculo, me ha fascinado, que maravilla y la verdad que lo mejor en estos casos es hervirla y saber a que sabe y a que huele. Luego esta el decidir que hacer pero en este caso tal cual como lo has hecho debe ser una autentica delicia. Besos
ResponderEliminarTienes razón José Carlos. Quise hervirlas y añadirles solo un poco de aceite y prácticamente nada de sal para apreciar al 100% su sabor y fue todo un acierto. Un saludo y gracias por venir a mi cocina.
EliminarPilar, tienes un blog precioso, exactamente como me gustaría que fuera el mío! Me he antojado de tus "papitas rojas" pero no tengo ningún jujeño a mano. Saludos al tuyo de parte de una rosarina y un beso para ti.
ResponderEliminarGracia Nina por tus palabras y por venir a mi blog. Besos!!
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