Esta mermelada sabe a fresas!! Y pensaréis, qué cosa más tonta nos cuenta hoy Pilar... pero es que es así; no he probado otra mermelada que sepa realmente a fresas y que no tenga una sola caloría de más... pues está hecha sin azúcar. El aporte de dulce es tan mínimo que solo sirve para quitarle un poco la acidez a las fresas y poco más. Pero os aseguro que es todo un placer morder una tostada con esta mermelada sobre la margarina... Mmm... se me hace la boca agua de solo pensarlo.
No es la primera mermelada de fresa que publico en el blog, también publiqué hace años ésta, siguiendo una receta de Jamie Oliver, que también funciona bastante bien y que repetí hasta la saciedad, por aquella época. Pero ahora, os vengo con esta versión, algo más ligera y saludable, pues estoy intentado reducir el consumo de azúcar en mi dieta, no por nada en particular.... bueno sí, por qué no decirlo, porque quiero bajar un poco de peso...
El caso es que el mes pasado me hicieron una analítica completa y estoy estupenda en todos los aspectos, hasta el médico me felicitó por mis niveles en colesterol, por debajo de la media y étc. Si , estoy muy bien por dentro, pero me dijo que quizás, por mi estatura debía perder unos cuantos kilitos de más..., pero amigos... yo sé perfectamente cómo se pierde eso: haciendo más ejercicio y no siendo tan sedentaria, como me he vuelto últimamente, así que tengo que poner manos a la obra, ahora que viene el buen tiempo y los días son más largos... porque durante el invierno mi nivel de ejercicio ha sido nulo... es más, rozando el sedentarismo más absoluto, y mira que contándoos esto, me estoy echando yo misma a los leones, quizás, pero así es la vida y hay que contarla como viene y afrontando, cada uno, nuestra propia realidad, ¿no os parece?
En fin, que como estamos en plena temporada de fresas y este año están buenísimas, el otro día me compré una cajoncito de 2 kilos de rosas, frescas, jugosas y turgentes fresas, de las cuales utilicé unas cuantas para hacer esta mermelada que tenía muchísimas ganas de probar, y definitivamente, se queda conmigo, por eso he querido compartiros la receta, a ver si también consigo que se quede contigo...
Las semillas de chía están de moda, pero para un vegetariano o vegano, eso no es nada novedoso, pues debemos incluirlas en nuestra dieta casi a diario; y aunque tú no seas vegetariano, no te deberías privar de este pequeño "gigante". Estas pequeñas bombas de vitaminas, minerales y ácidos grasos Omega 3, ayudan a combatir la grasa y regular el peso corporal. Además, no contienen gluten, tienen antioxidantes y son una gran fuente de fibra. Entre otras propiedades.
Y a ti, ¿te gusta la mermelada? ¿Sueles hacerla o la compras envasada? Espero que me cuentes si te atreverías a probar la mía... te digo que está para agarrar el tarro y no parar, a cucharada limpia.
Ingredientes:
- 3 tazas de fresas lavadas y picadas.
- 2 o 3 cucharadas de sirope de Arce (Maple sirup).
- 2 cucharadas de semillas de chía.
- 1 cucharada de zumo de limón recién exprimido.
Preparación:
No es la primera mermelada de fresa que publico en el blog, también publiqué hace años ésta, siguiendo una receta de Jamie Oliver, que también funciona bastante bien y que repetí hasta la saciedad, por aquella época. Pero ahora, os vengo con esta versión, algo más ligera y saludable, pues estoy intentado reducir el consumo de azúcar en mi dieta, no por nada en particular.... bueno sí, por qué no decirlo, porque quiero bajar un poco de peso...
El caso es que el mes pasado me hicieron una analítica completa y estoy estupenda en todos los aspectos, hasta el médico me felicitó por mis niveles en colesterol, por debajo de la media y étc. Si , estoy muy bien por dentro, pero me dijo que quizás, por mi estatura debía perder unos cuantos kilitos de más..., pero amigos... yo sé perfectamente cómo se pierde eso: haciendo más ejercicio y no siendo tan sedentaria, como me he vuelto últimamente, así que tengo que poner manos a la obra, ahora que viene el buen tiempo y los días son más largos... porque durante el invierno mi nivel de ejercicio ha sido nulo... es más, rozando el sedentarismo más absoluto, y mira que contándoos esto, me estoy echando yo misma a los leones, quizás, pero así es la vida y hay que contarla como viene y afrontando, cada uno, nuestra propia realidad, ¿no os parece?
En fin, que como estamos en plena temporada de fresas y este año están buenísimas, el otro día me compré una cajoncito de 2 kilos de rosas, frescas, jugosas y turgentes fresas, de las cuales utilicé unas cuantas para hacer esta mermelada que tenía muchísimas ganas de probar, y definitivamente, se queda conmigo, por eso he querido compartiros la receta, a ver si también consigo que se quede contigo...
Las semillas de chía están de moda, pero para un vegetariano o vegano, eso no es nada novedoso, pues debemos incluirlas en nuestra dieta casi a diario; y aunque tú no seas vegetariano, no te deberías privar de este pequeño "gigante". Estas pequeñas bombas de vitaminas, minerales y ácidos grasos Omega 3, ayudan a combatir la grasa y regular el peso corporal. Además, no contienen gluten, tienen antioxidantes y son una gran fuente de fibra. Entre otras propiedades.
Y a ti, ¿te gusta la mermelada? ¿Sueles hacerla o la compras envasada? Espero que me cuentes si te atreverías a probar la mía... te digo que está para agarrar el tarro y no parar, a cucharada limpia.
Ingredientes:
- 3 tazas de fresas lavadas y picadas.
- 2 o 3 cucharadas de sirope de Arce (Maple sirup).
- 2 cucharadas de semillas de chía.
- 1 cucharada de zumo de limón recién exprimido.
Preparación:
- Más fácil no puede ser... lavamos y secamos las fresas, las cortamos en trocitos, desechando el pedúnculo verde y las machamos con un tenedor o prensa-patatas (de los que usamos para hacer puré). A mi me gusta que queden algunos trozos.
- Introducimos el puré de fresas en un cazo, agregamos el sirope y el zumo de limón y llevamos a ebullición de 3 a 5 minutos.
- Retiramos del fuego, agregamos las semillas poco a poco y removiendo bien y dejamos reposar la mermelada durante 15 o 20 minutos, para que las semillas se hidraten bien.
- Vertemos la mermelada en uno o dos tarros de vidrios limpios. Cerramos y enfriamos en el frigorífico. Dura perfectamente de 5 a 7 días, siempre refrigerada.
Vamos, a atrévete a probarla y me cuentas la semana que viene, que me haría mucha ilusión... besos y hasta pronto, amigo, nos vemos en siete días.