Receta de Navidad: Galletas veganas de avena con vainilla y chocolate

jueves, 9 de diciembre de 2021




Voy tarde con esta receta... lo sé. Pero nunca es tarde si la dicha es buena... y en este caso lo es. Es buena y dulce... además de suave, aromática y sabrosa.

Estos son algunos de los adjetivos que podemos ponerles a estas ricas galletitas navideñas. Confieso que no soy muy de galletas, pero al llegar esta época y ver a tantas blogueras publicándolas, es casi imprescindible subirse al carro de la galletería típica de estas fechas. Al no ser muy repostera, tuve que acudir a fuentes de inspiración, además, una de las premisas que deseaba que cumplieran estas galletas, es que fueran veganas (sin ningún producto de origen animal) y esta receta, lo cumplía. 

No es mía, ojalá... pero es de una Youtuber que sigo hace años y que siempre me da buenos resultados al hacer sus recetas. Se trata de Auxi Ordoñez, de Postres Saludables. Os aconsejo que si no la conocéis ya estáis tardando, pues merece la pena darse un paseo por su galería de vídeos reposteros... son todos buenísimos, editados con mucha calidad y, sinceramente, de lo poco fiable que puedes ver por Youtube.



Así que si estáis buscando una receta fácil, sencilla y económica para vuestras galletas navideñas, no busquéis más, pues la habéis encontrado. El glaseado es otra cosa... reconozco que aquí hice un poquito de trampita... Al no tener mucha mano con las mangas pasteleras, ni con el glaseado real, o cualquier otro tipo de glaseado, o adorno... a lo único que me atreví fue a "decorarlas" a mi estilo con un lápiz de esos que venden ya con glacé de vainilla. Curiosamente, al final, hasta ganaron algo en sabor, pues os adelanto que para nada son unas galletas hiper o mega dulces... tienen su dulzor en la justa medida, y por otra parte, a mi quedaron blanditas, es decir, no crujientes, pero de igual modo al morderlas se deshacían fácilmente en la boca y eran todo un placer, con un cafecito, un tecito o un chocolate caliente. No nos duraron ni 48 horas y esos que salen bastantes; aunque, claro está, eso también depende del tipo de cortadores que tengáis. Como veis los míos no son tampoco excesivamente navideños, más bien son categoría general... es decir, los puedes usar en cualquier época del año. 


Y ya sin más explicaciones... ni escusas vamos a preparar estas saludables galletas, que a vuestros hijos les van a encantar. 

Ingredientes:
Para las galletas de vainilla
- 3 cucharadas de las medidoras de azúcar integral o panela.
- 40 gr de aceite de coco o margarina vegetal.
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 130 gr de harina de avena.
- 4 cucharadas de las medidoras de leche vegetal (yo usé de soja).
Para las galletas de chocolate
- 3 cucharadas de las medidoras de azúcar integral o panela.
- 40 gr de aceite de coco o margarina vegetal.
- 1 cucharadita de esencia de vainilla.
- 130 gr de harina de avena.
- 2 cucharadas de las medidoras de cacao en polvo desgrasado y sin azúcar añadido.
- 4 cucharadas de leche vegetal (yo usé de soja).

Preparación:
  • MEZCLAR todos los ingredientes en un procesador de alimentos para hacer la masa.
  • HACER una bola de masa y envolverla en papel film.
  • REFRIGERAR durante unos 30 minutos.
  • ESTIRAR la masa de unos 3 mm. a 5 mm. de grosor.
  • CORTAR las galletas.
  • COLOCAR sobre papel vegetal en una bandeja de horno.
  • HORNEAR, en horno precalentado a 180º C de 10 a 12 minutos. 
  • DEJAR enfriar por completo y decorar a vuestro gusto.
  • GUARDARLAS en una lata metálica para galletas o recipiente hermético.


Espero que tengáis unos lindos días, preparando vuestra Navidad... nos vemos de aquí a unos días, con otra receta de fiesta.


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Sopa invernal de tubérculos con cebada perlada y soja texturarizada

jueves, 2 de diciembre de 2021



Pues ya estamos en diciembre... el mes de la Navidad. Aunque este año, al igual que el anterior no podremos viajar para pasarlo en familia, pues el trabajo y otras responsabilidades nos lo impiden. En fin, que después de mucho tiempo viviendo en Barcelona, es la segunda vez que no pasaré la Navidad en familia, pero afortunadamente, tenemos muy buenos amigos, la familia que uno elige y, con ellos sí podremos pasarla... así, que creo que no se hará tan duro el trance. No es que vayamos a hacer grandes celebraciones, pero sí, creo, que cenaremos juntos y pasaremos una velada agradable. 

Y hablando de veladas agradables... es la sensación que nos proporcionó esta sopa al degustarla, una de las noches de la semana pasada. Estaba tan rica, que nos dejó con muy buen sabor de boca y un bienestar que hacía tiempo no sentíamos con una comida.

Reconozco que este tipo de sopas, bien cargadas de nutrientes y energía, me vuelven loca en invierno. La semana pasada, la lluvia casi no nos dio tregua, así que era el momento perfecto para disfrutar de una buena sopa a la hora de cenar... y así fue. Tuve que correr un poco, el día que la hice para poder hacer las fotos... y casi se me hizo de noche, de ahí que se me ocurriera encender unas velitas, para iluminar un poco más el ambiente, y creo que al final, hasta quedó bien la cosa.


¿A vosotros os gustan las sopas? ¿Cómo las preferís bien contundentes o ligeras? ¿Con mucho o poco caldo? ¿De verduras o sois más de carne...? ¿Con pasta u os gusta cambiar a otros cereales como la cebada, en este caso? Contadmelo en comentarios, ya sabéis que me encanta leeros y siempre os contesto... aunque a veces sea algo tarde. 

En esta ocasión yo elegí la cebada, porque me parece la gran olvidada... a pesar de todas las propiedades y beneficios que tiene para nuestra salud. Como por ejemplo: 
  1. Favorece el buen funcionamiento del riñón y del estómago.
  2. Equilibra la microbiota intestinal.
  3. Protege mucosas intestinales irritadas.
  4. Actúa contra el colesterol malo.
  5. Ayuda al estreñimiento.
  6. Alivia la gastritis y la cistitis.
  7. Ayuda a disolver piedras en la vesícula.
Después de leer esto, espero que os animéis a comprar y consumir cebada, en vuestros desayunos, almuerzos o cenas... pues es un cereal muy noble y  beneficioso para nuestro organismo. 





Ingredientes:
- 50 gr de soja texturizada gruesa.
- 100 gr de cebada perlada.
- 1 cebolla.
- 1 zanahoria grande.
- 1 patata mediana.
- 1 batata mediana.
- 1 nabo pequeño.
- 1 chirivía pequeña.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal rosa del Himalaya.
- Pimienta negra recién molida.
- 1 cucharada de salsa Worcestershire. 
- 1 cucharadita de Marmite.
- 1 cucharadita de tomillo seco (o una ramita de tomillo fresco).
- 750 ml de agua filtrada.

Preparación:
  • REMOJAR la soja unos 15 minutos en agua caliente.
  • REMOJAR la cebada unos 30 minutos en agua fría.
  • PICAR finamente la cebolla.
  • CORTAR en cubos pequeños todos los tubérculos (zanahoria, patata, batata, nabo y chirivía).
  • SOFREIR con dos cucharadas de aceite de oliva la cebolla y la soja escurrida. Unos 5 minutos.
  • AGREGAR los tubérculos y la cebada perlada, escurrida. Seguir sofriendo unos 5 minutos más.
  • AÑADIR el tomillo, la salsa Worcestershire y el Marmite. Dar unas vueltas.
  • ECHAR el agua a la olla.
  • SALPIMENTAR.
  • HERVIR la sopa a fuego medio, de 40 a 60 minutos. Hasta que todos los ingredientes estén tiernos y la sopa se haya espesado un poco.




Esta sopa está realmente deliciosa y con una rodaja de pan integral de masa madre, ya es lo máximo... para una noche invernal. Os la recomiendo.


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Ricotta asada inspirada en la receta de Juliana López May

jueves, 25 de noviembre de 2021


Esta receta la cociné el uno de noviembre de 2020... ya ha llovido, ¿eh? Más de un año. Y, si os soy sincera... no tenía previsto publicarla aquí en el blog. De hecho solo le tomé dos fotos a prisas y corriendo... en la misma mesa, pues mi intención era publicarla solo por Instagram. Pero... como se suele decir, quien guarda, halla... y si no hubiera sido porque en aquella ocasión, no vio la luz, esta semana no tendríamos receta.

Sí, amigas, no tengo en la actualidad ninguna receta en borradores esperando ver la luz... y buscando en los archivos de mi teléfono, encontré esta rica ricotta asada y me ha venido como anillo al dedo para poder salir del paso; aunque, os tengo que ser sincera... no me gusta lo que me está pasando últimamente con el blog... ya no tengo recursos para publicar, o sí los tengo, lo que no tengo es tiempo para ponerme a preparar recetitas, editarlas y publicarlas, como a mi me gusta. Ando liadísima con un montón de cosas y el único día para cocinar que tengo es el domingo... y ni eso!! Qué llevo un montón de domingos con compromisos diversos que me han impedido, también, centrarme en mis fogones. 

En fin, hasta me estoy planteando publicar solo cada quince días, es decir, dos veces al mes... a ver qué pasa, lo pensaré con la almohada, una de estas noches. Porque tampoco quiero bajar el nivel del blog, a costa de publicar cualquier cosa. ¡Ojo! Y no estoy diciendo que esta ricotta asada sea cualquier cosa, sino que mis preferencias, actualmente, van por otro lado y esta receta ha caído por accidente.

Aún así, si os gusta, os animo a prepararla, es muy sencilla y queda deliciosa, y para daros un caprichito un día de fiesta... es una receta ideal, llena de proteínas, calcio y energía de la buena. Os lo aseguro. 

Por otro lado, aprovecho la ocasión para animaros a seguir por Instagram a la chef Juliana López May. Si no la conocéis os cuento que es una cocinera argentina, que me encanta. Tiene un estilo muy personal, natural y cercano y sus recetas son sencillas, ricas y siempre de temporada. A mi me encanta todo lo que publica y, a parte de publicar recetas, se dedica a dar clases de cocina virtual y presencialmente, en su Escuela de cocina situada a las afueras de Bs. As. ¡Cuánto me gustaría poder asistir alguna vez a alguno de sus talleres...! De momento, me conformo con cocinar de vez en cuando algún plato suyo y, siempre, me enamoran. Podéis estar seguras de ello. 

Ingredientes:
- 500 gr de ricotta o requesón fresco.
- 100 gr de queso parmesano.
- Ralladura de una naranja.
- Tomillo fresco (a ser posible).
- 1 cucharadita de ají molido (escamas de pimienta de Cayena).
- 4 huevos de gallinas ecológicos. 

Preparación:
  • PRECALENTAR el horno a 180º C.
  • MEZCLAR todos los ingredientes en un bol. No batir (pueden quedar pedacitos de ricotta y los huevos pueden estar poco batidos). Debe quedar bien rústico.
  • ELEGIR una fuente de horno, puede ser familiar o individuales. Dependiendo cómo lo quieras presentar. 
  • HORNEAR unos 25 minutos o hasta que esté dorada la superficie.
  • SERVIR con ensalada de hojas verdes o con unos tomates cherry asados. 


Gracias por vuestra fidelidad y paciencia, nos vemos la semana que viene.. ¡qué ya será diciembre...! No me lo puedo creer, cada año pasa más rápido el tiempo... ¿Comenzamos con las recetas navideñas?




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Pasta alla Norma

jueves, 18 de noviembre de 2021




Hacía tiempo que no traía al blog un plato de pasta. Ya sé que este plato, es muy conocido y que a estas alturas no estoy descubriendo nada nuevo... pero es que me encanta, y nunca había tenido la ocasión de incluirlo en mi recetario. 

También sé que es un plato de verano, por los ingredientes que lleva, berenjenas, tomates, albahaca... aunque hoy en día, se puede cocinar en cualquier época del año, es por eso que me he atrevido a publicarlo en otoño. Me faltó la albahaca fresca, lo siento. Para un italiano sé que eso es casi un pecado mortal, pero el día que me dispuse a cocinarlo no encontré albahaca en ninguna tienda cercana a mi casa, así que opté por la albahaca seca. Ya sé que no es ni remotamente lo mismo... pero es lo que tenía más a mano, y que se parecía más. Aún así, el resultado nos encantó.

Otro ingrediente que tuve que sustituir fue la ricotta salata o ricota salada... un queso curado de cabra típico italiano, que no es muy usual por estos entornos, a no ser que te vayas a una tienda gourmet especializada, así que me apañé, con muy buenos resultados, con el característico parmigiano reggiano.

En fin, que el resultado es el que veis en las fotos... rico, siiiiii...! Riquísimo!! Para repetir, os lo prometo... así que ve tomando asiento que vamos a disfrutar de este plato, sencillo, pero sabroso a más no poder.




El nombre del plato, según nuestra amiga la Wikipedia, dicen que procede de la conocida ópera Norma de Vincenzo Bellini, natural de Sicilia, de cuya cocina proviene esta pasta. No tiene grandes pretensiones, pero si te gusta la berenjena, es un plato muy fácil y socorrido para un imprevisto, ya verás. Yo usé penne rigate integral, pero en Italia, para este plato, lo normal es que se usen macarrones. De cualquier modo, no creo que importe la pasta que se use, lo esencial está en la calidad de los ingredientes y el sabor de la salsa de tomate. 




Ingredientes:
- 250 gr de penne rigate integral.
- 1 berenjena.
- 1 cebolla.
- 2 dientes de ajo.
- 500 gr de tomates enteros (envasados).
- Sal rosa del Himalaya.
- 1 cucharadita de azúcar moreno.
- Toque de Cayena molida.
- Toque de pimienta negra.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Albahaca fresca.
- Queso ricotta salata (si lo encuentras) yo usé parmesano.

Preparación:
De la pasta
  • HERVIR la pasta en abundante agua salada el tiempo que indique el paquete.
  • ESCURRIR y mezclar con la salsa y los bastones de berenjena cuando esté todo listo.
De la salsa
  • SOFREIR el ajo y la cebolla finamente picados con un chorro de aceite de oliva.
  • AGREGAR los tomates enteros y machacarlos un poco con una cuchara de madera.
  • AÑADIR las especias al gusto y la sal. Y una cucharadita de azúcar moreno (para corregir la acidez del tomate).
  • FREIR el tomate hasta que la salsa esté lista.
De la berenjena
  • CORTAR la berenjena en rodajas de un centímetro de ancho y, éstas, en bastones.
  • FREIR en abundante aceite de oliva. Hasta que los bastones estén dorados.
  • ESCURRIR sobre papel absorbente de cocina.
  • SALAR al gusto.
MEZCLAR la pasta con la salsa y las berenjenas fritas, servir con abundante queso rallado y albahaca fresca si la tienes. 



Ya ves que no tiene ninguna complicación, así que te animo a probar este plato, si aún no lo has hecho. Nos vemos la semana que viene. 

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Barmbarck irlandés (Pan de frutas irlandés)

jueves, 11 de noviembre de 2021




¡Por fin está aquí el otoño! Ha costado, ¿eh? Este año parecía que no se iba a ir el calor... pero llegó el frío tímidamente para empezar a llenar las calles y parques de hojas secas, caídas de los árboles, ¡qué bonita me parece esta estación! 

Además, los días son más cortos e invitan a tomarte un té por las tardes, mientras planeas la agenda del próximo día o de toda la semana. Eso me encanta. Aunque pocas veces lo he contado por aquí... Son pequeños placeres íntimos y personales, que aunque parecen sencillos, cada uno le da su toque personal y a cada uno le inspiran algo distinto.

Pues una de esas tardes de otoño, tuve la oportunidad de disfrutar mi té Earl Grey con un trocito de este aromático y delicioso pastel de origen irlandés, que me recordó muchísimo a mi torta galesa, aquella que hice las navidades pasadas.

Es muy sencillo de hacer, en pocos pasos y queda realmente riquísimo, os lo prometo. Además, me permitió terminar con todos aquellos restos de frutas secas y confitadas que aún me quedaban en la despensa desde las navidades...

Cada país de las Islas Británicas tiene su propio pastel de frutas, ya sea para las celebraciones o para la hora del té. En Irlanda, el pastel de frutas más tradicional es el  Barmbrack (de su nombre gaélico báirín breac, o ‘pan moteado’, que hace referencia a las motas de fruta en el pastel). Este pastel se come tradicionalmente en Halloween y como parte de las celebraciones del Día de San Patricio. Aunque, el  Brack (como se le llama popularmente...) también se come todo el año como parte de la hora del té, cuando se sirve con mantequilla salada irlandesa.



Así que, ya sabes... prepara el té y disponte a disfrutar una verdadera delicia irlandesa.

Ingredientes:
- 300 gr de frutas secas y confitadas variadas.
- 300 ml de Té Earl Grey.
- 1 huevo ecológico (de gallinas criadas en libertad).
- 100 gr de azúcar moreno integral de caña.
- 150 gr de harina blanca de trigo.
- 1 cucharadita de polvo para hornear (tipo Royal).
- 1 cucharadita de mezcla de especias en polvo: canela, jengibre, nuez moscada y clavo.
- Una pizca de sal.

Preparación:
  • PRECALENTAR el horno a 180º C.
  • PICAR las frutas secas y confitadas en trocitos pequeños.
  • COLOCAR las frutas picadas en un bol grande.
  • MACERAR con el té hirviendo durante 24 horas.
  • MEZCLAR en un bol el azúcar, la harina, el polvo para hornear y las especias.
  • BATIR el huevo y agregarlo a los ingredientes secos.
  • VERTER las frutas maceradas con el líquido que tengan del té de maceración.
  • MEZCLAR todo muy bien.
  • VERTER en un molde engrasado y enharinado.
  • HORNEAR a 180º C durante 45 o 50 minutos, o hasta que al pincharlo con un palillo, ésta salga limpio.


Este tipo de bizcochos con frutas deshidratadas y maceradas cada vez me gustan más, y para el otoño- invierno son estupendos a media tarde con un buen té o cafecito. ¿A ti qué te parece?



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"Bombas de papa y queso" con salsa romesco.

miércoles, 3 de noviembre de 2021



La semana pasada no pude publicar. Os confieso que las últimas semanas están siendo un poco caóticas, por motivos personales, y la  verdad... no llego a todo y el blog, lo sufre. No puedo publicar, pues no puedo cocinar asiduamente como me gustaría... y tampoco puedo ir de visita a vuestra cocinas, como me gustaría... 

Por error, se me publicó esta receta, pero como algunas de vosotras visteis no estaba terminada de editar... fue mi "ángel de la guardia" que me avisó y pude rectificar a tiempo... 

Ahora sí, ya tenéis la receta completa, por si alguna de vosotras queréis probarla. Está muy rica, os aviso que estas bombas de papa  son adictivas. 

Es una receta que me enseñó a hacer mi marido, pues en Argentina, son muy populares. Se hacen en un ratito, casi con los restos que tienes de aquí y de allí y te solucionan una comida o una cena, rápidamente. 

Deseo que os gusten, que las probéis y ya me contaréis qué tal. Para darle mi toque personal las acompañé con una aromática, untuosa y rica salsa romesco, muy típica de Cataluña, la receta no es mía... pues sinceramente no la hice yo, fue un "regalito" que había que comer rápido, antes de que se echara a perder, y os aseguro que estaba riquísima y fue el acompañamiento perfecto para mojar cada bocado de estas "bombas". 




Ya sabéis que no soy muy dada a freír, pero al ser verano, cuando hice este plato, con un calor increíble, no sé por qué esta receta me pareció fácil, rápida y encantadora para salir del paso en un mediodía cualquiera. Y, a vosotros, ¿qué os parece?




Recuerdo haberlas comido en Argentina, una de las veces que fui y me gustaron mucho. Además, creo que lo principal de esta receta es que elijas un buen queso de relleno, que derrita y funda. Yo las rellené con taquitos de Emmental, pero creo que resultó algo duro, o es que yo las hice muy grandes y al freírse no les llegó el calor bien hasta el fondo... por lo demás, estaba riquísimas, eso sí, y no sobró ni una, os lo aseguro. 




Ingredientes:
Para el puré
- 1 kg de patatas nuevas.
- 2 cucharadas de margarina vegetal.
- Sal y pimienta negra a gusto.

Para el relleno y rebozado
- 250 gr de queso tipo Emmental a trocitos.
- 2 huevos ecológicos.
- 1 taza de harina blanca.
- 1 taza de pan rallado.
- Especias provenzales.
- Aceite de girasol o de oliva para freír. 

Para acompañar
- Salsa romesco.
- Ensalada de tomate y pepino.

Preparación:
Del puré
  • HERVIR las patatas con piel hasta que estén bien tiernas.
  • ESCURRIR, enfriar un poco y pelar las patatas.
  • HACER un puré suave y compacto, mezclando las patatas con la margarina, la sal y la pimienta.
  • El puré debe quedar seco y manejable.
De las bombas de papa
  • AGARRAR montoncitos de puré, rellenarlos con el queso en cubos.
  • REBOZAR por harina, huevo y pan rallado.
  • FREIR en aceite de girasol bien caliente.
  • ESCURRIR sobre papel absorbente.
  • ACOMPAÑAR con vuestra salsa favorita.


Espero que nos podamos ver la semana que viene, sin inconvenientes. Saludos y prometo ir a visitaros a todas, en breve. 
¡Besos!

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Chili blanco sin carne

miércoles, 20 de octubre de 2021



Cuando llega esta época me gusta ir poniendo en la mesa platos de cuchara, aunque aún el frío no se haya hecho notar en mi ciudad. Esperemos que pronto ya comiencen a verse las calles más parecidas al otoño, estación en la que se supone que estamos, que al verano, pues la mayoría de nosotros aún vamos en manga corta al mediodía. En fin, qué pena que esta estación tan bonita se esté perdiendo a causa del cambio climático... pero eso es otro tema que hoy no quiero debatir.

Hoy me apetece hablaros de las legumbres, aunque sé que ya lo he hecho en muchas de mis receta anteriores, pero me gustaría dejar recopilados una serie de beneficios que he ido aprendido, con el pasar de los años, sobre este magnífico alimento que puede, a todos los niveles nutricionales, suplir perfectamente a otros de origen animal, por ejemplo.

Pero antes de pasar a enumerarlos, he de decir que mucha de la información que hoy os voy a contar la he recopilado de la revista National Geografic.

En 2016 se celebró el Año Internacional de las Legumbres y tras su rotundo éxito la FAO (la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) designó el 10 de febrero como el Día Mundial de las Legumbres por su papel fundamental en la producción sostenible de alimentos para mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición. A ver si el próximo año, cuando llegue esa fecha os hago alguna otra recetita con legumbres.

Algunos de los beneficios de comer legumbres regularmente son:

  1. Son una fuente excelente de proteínas vegetales. Por ejemplo 100 gramos de lentejas crudas contienen 25 gramos de proteínas. Para aumentar la calidad de la proteína de las legumbres cocidas es interesante consumirlas con cereales, como por ejemplo,  el arroz integral.
  2. Son ricas en fibra, lo que mejora la salud digestiva y reduce los riesgos de sufrir enfermedades cardiovasculares. Eso sí, si se comen ellas solitas y no aderezadas con todas las carnes del puchero a las que, en nuestro país, nuestras madres y abuelas están acostumbradas a acompañarlas.
  3. Son bajas en grasas y no tienen colesterol, lo que puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Digo lo mismo que antes... si el guiso es ligero y simple, por ejemplo, como el que os traigo hoy.
  4. Pueden almacenarse durante mucho tiempo y, de esta manera, consumirse a lo largo de todo el año, lo cual es esencial en los países en desarrollo.
  5. Son una buena fuente de hierro, lo cual puede evitar la desnutrición y la anemia. Para mejorar la absorción del hierro es recomendable combinarlas con alimentos que contengan vitamina C, como el limón. A mi cada vez me gusta más echarles por encima, a la hora de comerlas, ya en la mesa un chorrito de limón recién exprimido. El sabor cambia y le da una explosión en el paladar muy agradable.
  6. Son ricas en potasio, un mineral esencial para el buen funcionamiento del corazón, el sistema digestivo y los músculos.
  7. Tienen un índice glucémico bajo, lo cual ayuda a controlar el azúcar en sangre y los niveles de insulina, esto, además, las convierte en un alimento fundamental para las personas con diabetes y son ideales para controlar el peso. Añado lo de más arriba... si van solitas, sin complementos cárnicos varios.
  8. Son bajas en sodio. El cloruro de sodio (o sal) contribuye a la hipertensión y se puede evitar consumiendo alimentos bajos en sodio como las legumbres.
  9. No contienen gluten en su estado natural de modo que es un alimento apto para celíacos e intolerantes al gluten.
  10. Son una fuente excelente de folato, un tipo de vitamina B esencial para el sistema nervioso y que es especialmente importante para prevenir anomalías en el feto durante el embarazo.
Bueno... espero haberte convencido para que consumas más legumbres, son económicas, versátiles y como te he explicado más arriba muy saludables.





Ingredientes:
- 500 gr de frijoles blancos pequeñitos.
- 1 puerro, solo la parte blanca.
- 1 cebolla blanca.
- 3 o 4 dientes de ajo.
- 1 lata de maíz tierno amarillo.
- 2 zanahorias.
- 1 pastilla de caldo vegetal ecológico.
- 1 cucharadita de sal rosa del Himalaya.
- 1 cucharadita de copos de chile molidos.
- 1/2 cucharadita de comino.
- 1 hoja de laurel.
- Agua filtrada en cantidad necesaria. 

Preparación:
  • REMOJAR los frijoles blancos desde la noche anterior.
  • CORTAR toda la verdura en brunoise muy pequeña.
  • Mientras tanto, COCER, los frijoles blancos en una olla cubiertos con agua fría y limpia hasta que estén tiernos. AÑADIR la hoja de laurel y la pastilla de caldo vegetal. No poner sal, hasta el final.
  • SOFREIR todas las verduras en una sartén grande con aceite de oliva virgen extra y un poco de sal.
  • AGREGAR a la olla las verduras, los condimentos y la sal y algo más de agua si le hace falta. 
  • Terminar de COCER todo junto otros 15 o 20 minutos para que el guiso agarre consistencia y sabor.





Ya es época de platos de cuchara, más contundentes, así que poneos el delantal y a la cocina...
Nos vemos la próxima semana.


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Nota: el modo para imprimir las recetas está temporalmente fuera de servicio. 
Disculpad las molestias.


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