Copa de crema de avena con frutos del bosque

Os presento un postre sencillo y delicioso, elegante y que os sorprenderá. El caso es que no tiene ningún misterio, y es tan fácil de hacer que no te costará nada tenerlo listo, en pocos minutos.

Ahora con la pandemia y todas las restricciones es más difícil juntarse con la familia y amigos, lo sé. Que si no más de seis personas... Que si no más de las 22:00 horas... Que si no te abraces... Que si no te beses... Que si ponte a un metro y medio de distancia... Que si no te quites la mascarilla... en fin, que cada vez nos coartan más la libertad, sinceramente; es por eso, que no tenemos muchas ocasiones en las que podamos lucirnos con un rico postre. 

Pues no te preocupes, que con este postre te lucirás aún con los más exigentes de la familia, porque está delicioso, es sanísimo y lleva poca elaboración e ingredientes de temporada. Pues la fruta es lo más fácil de sustituir... que no tienes fresas, pues pon plátano, que no tienes plátano, pues pon pera... y así de simple.

A mi el tema de los postres siempre me ponía un poco nerviosa, pues, qué queréis que os diga: en cuestión de salado me defiendo más o menos, pero en los dulces... eso otra historia. Por eso, cuando se me ocurrió probar esta crema, como quien dice: "Vi el Cielo abierto", pues más rica y sencilla no puede ser.

En realidad, la crema la vi en un video en inglés y la llamaban yogur de avena, pero yo, después de haberla probado ya varias veces, y de haberla hecho de varias maneras distintas, tengo que deciros que esto de "yogur" no tiene nada... por más que se empeñen los del vídeo en decir que tienen probióticos y demás; es por eso que la he bautizado crema, pues a mí me ha encantado y me ha recordado muchísimo a la textura de la crema inglesa o la crema pastelera... y si me apuras, a las natillas, ¡eso es!: a las natillas. Por eso, podría haberla llamado, también, natillas de avena y tan contentos.

Advertencia a navegantes: Ni se te ocurra probarla, porque si lo haces estás perdido/a, pues te cautivará los sentidos desde la primera cucharada. Y no podrás dejar de comer hasta que se acabe tu copa e incluso, así, tendrás unas ganas locas de repetir... pero no te preocupes, que es un postre tan ligero y saludable, que ni tus comensales se creerán que lo has hecho en 15 minutos. Así que no me enrollo más y vamos a la receta.

Ingredientes:

Para la crema de avena

- 1 taza de copos de avena.

- 4 tazas de agua.

Para la copa 

- La crema de avena fría.

- 2 fresas picadas.

- Un puñadito de frambuesas frescas.

- Un puñadito de arándanos frescos.

- Un chorrito de sirope de arce, ágave o miel (si no eres vegano).

Preparación:

De la crema

• En el procesador de alimentos o con la batidora de mano: BATIR una taza de copos de avena con 4 tazas de agua filtrada.
• COLAR, para hacer una leche de avena, por un cedazo fino, un paño de algodón limpio o una bolsa para leches vegetales.
• LLEVAR al fuego la leche de avena. 
• Sin dejar de remover, CALENTAR durante 5 minutos, a fuego medio- lento, hasta que comience a espesarse, pero sin que llegue a hervir.
• VERTER en una fuente de vidrio. TAPAR con film transparente, que esté en contacto con la crema, para que no forme costra y DEJAR enfriar por completo. La podéis meter en el frigorífico, incluso.

De la copa

• En un vasito pequeño o en una copa para postres ECHAR la cantidad que más os guste de crema de avena, PICAR dos fresas y terminar de decorar la copa con arándanos, frambuesas y, por último, VERTER un chorrito de sirope de arce por encima, para endulzar la crema que, recordemos, no lleva azúcar, ni ningún tipo de endulzante.

 Y la semana que viene, ¿Dónde nos vemos? en tu cocina o en la mía... no te preocupes, que yo llevo el postre.