Antes de irme de vacaciones, dejé en la galería unas plantitas que tenía en casa... las regamos bien y debajo pusimos platos con agua, para que se fueran hidratando de ahí ellas solas, mientras no estábamos.
La galería es una zona donde, a las plantas les entra mucha luz, pero no sol directo, pues dejéamoslas cortinas echadas. Así que nos fuimos con un poco de escepticismo... pensando que quizás al llegar, después de 15 días nuestras plantitas estarían muertas o medio muertas...
Pero cuál fue nuestra gran sorpresa y alegría que, al llegar de nuevo a casa y encender la luz, pues ya casi había oscurecido vimos con satisfacción que nuestra maceta de hojas verdes... las cuales no sabíamos qué era... había dado a luz unas preciosas florecillas, que después de preguntar a mis hermanas llegamos a la conclusión de que eran violetas africanas.
Oh..., qué ilusión, no solo Dios ha cuidado nuestro hogar, en nuestra ausencia, sino que nos daba una bonita y emocionante bienvenida al descubrir esas lindas florecitas violetas.
Por eso, quería agradecerlo públicamente... ¡Gracias, Señor, por tus cuidados y tus bendiciones!
Aquí tenéis mis flamantes violetas africanas...
Bueno... no podía ser menos la receta que os traigo hoy... cocina de reciclaje de nevera... Con unas zanahorias, perfectamente conservadas y un par de naranjas traídas directamente desde los naranjos de mi padre, en Sevilla, preparé esta rica e insólita crema que, estoy segura no pasará inadvertida, pues su toque cítrico y su intenso color naranja nos hace recordar las noches frías del otoño e invierno.
Queda una crema ligera, algo cítrica al paladar y muy, muy rica, que sin duda volveremos a repetir por su simpleza y, a la vez, elegancia. Es una crema cargada de nutrientes y vitaminas, sin duda alguna... vamos a por ella, entonces.
Ingredientes:
- 500 gr. de zanahorias ralladas
- 1 cebolla a cuartos
- 700 ml de caldo natural de verduras
- 200 ml de zumo de naranja recién exprimido
- Pizca de jengibre molido o si es fresco y rallado, mucho mejor, pizca de pimienta blanca (opcional, yo al final no la puse), aceite de oliva y sal rosa del Himalaya.
Preparación:
Caldo básico de verduras, en 10 minutos, estrenando mi regalito de Reyes... olla exprés. |
- Pelamos y cortamos la cebolla a cuartos y la ponemos a pochar en una olla junto con dos cucharadas de aceite de oliva.
- Pelamos y rallamos las zanahorias y las añadimos a la cazuela.
- Sofreímos unos minutos y añadimos las especias y el caldo de verduras natural, lo preparé siguiendo mi receta básica que os puse hace tiempo en el blog.
- Dejamos hervir las verduras 10 minutos y retiramos del fuego.
- Agregamos el zumo de naranja recién exprimido y rectificamos de sal.
- Trituramos bien con la batidora, aunque quedará una crema granulosa, pero agradable al paladar. Opcionalmente, si lo deseáis podéis pasarla por el chino o el colador y quedará una crema más fina. Yo no lo hice, pues así pierde toda la gracia, a mi gusto...
- Servimos acompañada de una cuchara de requesón (opcional, si sois veganos no la pongaís), crema agria o yogur natural de soja... al gusto, unas semillas de sésamo y perejil picadito para adornar.
¡¡Diferente...Divertida... y Deliciosa!!
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