Nunca le supo tan sabroso un plato de caldo verde como aquella fría y desapacible noche de principios de primavera, en casa de su tía Áurea, cuando aún parecía que el invierno no quería dejarlos. Fuera llovía y el viento procedente del mar aporreaba las ventanas como queriendo entrar para calentarse junto a la chimenea.
Había llegado hacía pocos días, tras la llamada inesperada de su tía, hermana mayor de su padre. Él ya no estaba. Se había dormido apaciblemente. No es que se hubiera rendido, no. Peleó hasta el final y siempre tenía la esperanza de verlo aparecer por la puerta de su dormitorio, para poder despedirse personalmente. Pero él nunca llegó... o sí, aunque demasiado tarde.
Cuando era joven, en cuanto tuvo dieciocho años, voló del nido familiar. Él quería ver mundo, experimentar nuevas sensaciones y vivir una vida como las de las películas. Llegar a ser un gran hombre de negocios, con un buen empleo en la ciudad. Quería triunfar, pues para él la vida tranquila en el pueblo, de payeses, que habían llevado sus padres no era suficiente.
Tras años de esfuerzo y preparación lo consiguió., sí, ¿pero a costa de qué? Ahora se daba cuenta que había pagado un precio muy caro: no poder despedirse de su padre. La sensación de vacío, soledad y abandono que su padre sintiera antes de irse, era la misma que ahora sentía él mismo. Durante el funeral y aún todavía no había derramado ni una sola lágrima, se sentía seco, inerte, insensible.
El sabor de aquella sopa tan familiar, que antaño odiara, le transportó a sus años de la niñez cuando aún estaban todos en casa, aquella casa tan grande que sus padres construyeron pensando en dejársela a su hijo cuándo ellos faltaran. Ahora había llegado el momento.
Mientras conducía hacia el pueblo, solo pensaba en poder arreglar todos los papeles rápido para vender las tierras y la casa lo antes posible. El no quería nada, no pertenecía a aquel apartado lugar olvidado en los confines del mundo. Su vida estaba en la ciudad, rodeado de comodidades y diversiones.. pero se equivocaba; ¡y cuánto!
Mientras apuraba las últimas cucharadas de aquella sopa, que las manos de su tía habían preparado con tanto experiencia y amor, unas tímidas lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas y lo supo. Supo que ése era su lugar, su pasado y su presente se encontraron en aquel plato. Había decidido que mientras hubiera caldo verde en la olla... y coles en el huerto... todo estaría bien: ése era su hogar.
Texto: Pilar Cabello
La Olla Vegetariana, 2016.-
El caldo verde es uno de los platos típicos de la gastronomía portuguesa. Como sabéis me encanta viajar a través de la comida de los distintos países del Planeta así que hoy le toca el turno a Portugal, nuestro país vecino, al que aún no he tenido la oportunidad de viajar pero que estoy deseando descubrir muy pronto...
No sé qué pensaran los portugueses puristas de mi versión, pues me he atrevido a hacerlo con chorizo vegano... por lo demás la receta es fiel a la original... Bueno solo un detalle más podrían objetarme y es que no he podido usar la típica col gallega (couve galega), variedad típica del norte del país; pero, la he sustituido por la col verde rizada o kale; pues he visto en otros lugares que también utilizaban esta variedad. Por lo demás, repito, la receta es fiel así que los vegetarianos y veganos portugueses sí estarán contentos...
Ingredientes:
- 4 patatas medianas.
- 1/2 cebolla.
- 2 dientes de ajo.
- agua en cantidad necesaria para hacer la sopa.
- 5 hojas de col verde rizada o kale.
- Unas rodajas de chorizo vegano.
- Sal, pimienta negra molida y 1/2 taza de aceite de oliva virgen extra.
- En una olla grande ponemos las patatas peladas y cortadas en cuadraditos, el ajo y la cebolla, también picados y cubrimos de agua. Agregamos un poco de sal y la mitad de la 1/2 taza de aceite de oliva. Dejamos hervir hasta que las patatas estén tiernas.
- Con la batidora de mano molemos el resultado hasta obtener un puré líquido y añadimos un poco más de agua, como una taza, para que tenga consistencia de sopa.
- Ahora ponemos la col picada muy pequeña sin los tallos duros, un poco de pimienta, rectificamos de sal y el resto del aceite.
- Dejamos hervir el caldo verde hasta que se ablande la col, unos 10 minutos y ya lo tenemos listo.
- Serviremos con unas rodajitas de chorizo vegano por encima. El chorizo lo doré un poquito con aceite en una sartén para que estuviera más jugoso.
El relato tiene tan buen aspecto como la sopa. Apetecible, suave, con pasado, con presente, pero rica siempre. Pocas cosas hay tan buenas para comenzar una comida y tan ligeras para una cena austera. Hoy me quedo en tu casa, me encuentro cómoda en ella.
ResponderEliminarUn beso.
Muchas gracias Lola, estás invitada, me reconfortan tus palabras. Un beso y buen fin de semana.
Eliminar¡¡Hola Pilar!! Hoy nos has hecho dos regalazos, un magnífico relato y una deliciosa receta. Se complementan a la perfección. Así que te sigo animando a que nos sigas ilustrando tus recetas tan bien, con estos relatos tan maravillosos, y tan bien redactados que nos trasportan al lugar, en este caso, a esa gran casa de payeses, y casi, casi, veía humear este caldo verde.
ResponderEliminarPor cierto, yo nunca lo he probado y tampoco sabía que era típico portugués, así que nuevo descubrimiento gracias a ti. Besitos.
Gracias por tus palabras Isabel. Me alegra que os guste mis pequeños relatos, pues eso me anima a seguir imaginando historias... Esta sopa es deliciosa, fácil y muy nutritiva así que te animo a probarla, querida. Un beso y buena semana.
EliminarQuerida Pilar, me encanta esta sopa que caldea corazón y estómago todo en uno. Aquí, con estos días tan fríos que el invierno nos anticipa en este otoño algo desconcertante por la climatología, las sopas y los platos calentitos nos vienen de maravillas. Esta sopa verde no sólo tiene un aspecto estupendo sino que ha de saber a gloria y con el kale/col rizada tendrá un saborcito muy especial, además de muchos nutrientes ;) Una delicia absoluta. ¡Me encanta!
ResponderEliminarUn beso grande y que pases muy buena semana.
Gracias por tus palabras Silvina, hoy en Barcelona también amaneció lluvioso y con viento... pero es típico de la primavera que estamos pasando... Me alegro que te guste esta sopa. Prepárala en alguna ocasión, pues te encantará. Besos guapa.
EliminarUn relato estupendo Pilar.
ResponderEliminarY la sopa muy buena con esta col, que últimamente esta tan de moda.
Una pena que pierda el color tan precioso que tiene, al ser cocinada :-((
Un saludito
Gracias Mijú, un beso.
Eliminar¡¡Que buena sopa!! Esta col la he visto alguna vez en el mercado pero nunca la he comprado por no ser habitual entre las verduras a las que yo estoy acostumbrada. Seguro que tu sopa quedó riquísima.
ResponderEliminarEl relato muy bueno, un poca triste, pero así son las cosas de la vida.
Besos.
Sí, es triste pero al final acaba con una esperanza... él se queda a vivir en su hogar, con la expectativa de una vida mejor. Besos linda.
EliminarLlevo unos días viendo esta col, que no conocía, pero viendo tu plato dan ganas de probarlo. Muchas gracias por esta entrada, besos!!
ResponderEliminarCómprala y prueba esta sopa, te sorprenderás. Besos May y buen fin de...
EliminarQue bonito relato Pilar no sabia de esta faceta tuya, enhorabuena que lo haces muy bien, al igual que este caldo que tiene muy buena pinta, que ya te digo que lo quisieran algunos portugueses, te lo digo porque en un viaje a Portugal pedimos este caldo y no era más que la col con el agua de hervirla, un asco. Nada que ver con este que has hecho que tiene que estar buenísimo.
ResponderEliminarUn besito y feliz finde.
Gracias Manoli, la verdad es que yo no he estado nunca en Portugal, pero vi esta sopa en un vídeo de youtube y me entraron muchas ganas de hacerla, por eso la he incluido en el blog. Lo de escribir relatos cortos es una afición que de vez en cuando hago... un beso, linda.
EliminarMe ha encantado el relato es precioso como te visito desde hace poco tiempo no sabia que escribieras relatos me ha encantado leerte.
ResponderEliminarEl caldo te ha quedado de relujo no lo siguiente ,yo lo hice hace casi quince dias cuando volvieron a bajar las temperaturas me encantaaaaaa y es tan facil de hacer ,casi nunca le pongo chorizo me gusta mas sin el pero ese vegano tiene muy buena pinta ahora me voy a ver la receta.
Bicos mil y feliz finde wapa.
Muchas gracias por tus palabras, Nena, a mi también me encanta pasar por tu cocina. Un beso.
EliminarEstá sopa calma el estómago e inunda de alegrías. Me encantan las sopas y esta tiene una pinta estupenda Pilar. Besos
ResponderEliminarGracias Elvira, un beso.
EliminarNo he visto nunca esa col como la pille veras!!
ResponderEliminarEse caldo esta lleno de vitaminas y muy rico!!
Un besito guapa
Gracias Raquel. En la Casa Ametller la venden, te encantará. Besos guapa.
Eliminar¡Qué requetebien escribes, Pilar! me encanta cuando acompañas la receta con alguno de tus relatos. La sopa parece bien rica!! no la conocía...hasta ahora, qué bien haberla descubierto gracias a tí.
ResponderEliminarUn beso
Muchas gracias por tus halagos Esther, un beso grande.
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