Algunas técnicas de
preparación de los alimentos, como remojar y germinar las legumbres, pueden
mejorar su digestibilidad, además de reducir los niveles de filatos y, de este
modo, mejorar la absorción de hierro (el ácido tífico es muy abundante en las
legumbres y, al unirse a minerales como el calcio, el hierro o el zinc,
imposibilita su absorción).
Otras sugerencias útiles para
evitar los gases están más relacionadas con el estilo de vida que con la manera
de cocinar.
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Masticar muy bien los alimentos.
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No tomar bebidas carbonatadas.
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Comer más despacio.
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Relajarse al comer.
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Caminar durante 10 ó 15 minutos después de comer.
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No masticar chicle o comer caramelos con sorbitol.
- Beber bastante agua al día, ya que el agua ayuda al paso de la
fibra a través del aparato digestivo.
También hay remedios
naturales, como la manzanilla romana, que contiene sustancias químicas que
pueden ayudar a reducir los gases y la flatulencia, al relajar los músculos y
producir cierta sedación.
Motivos para no eliminar las legumbres de la dieta.-
En los últimos años se han
realizado diversas investigaciones sobre las ventajas dietéticas de las
legumbres:
-
Los esteroides vegetales que se encuentran en las legumbres
reducen la absorción del colesterol y disminuyen los niveles de colesterol LDL
(“malo”).
-
La mayor ingesta de legumbres se ha relacionado con un riesgo
menor de resistencia a la insulina y de diabetes tipo 2 y una mejoría en el
control glucémico. Dado que las legumbres contienen carbohidratos de digestión
lenta y un alto contenido en fibra, es de esperar que mejoren el control
glucémico y reduzcan la incidencia de la diabetes.
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El consumo regular de legumbres también representa una medida de
protección frente al cáncer de estómago y de próstata.
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