Judías azuki y mungo.-

miércoles, 20 de marzo de 2013

Judías azuki y mungo.-

Si no las conoces te preguntarás ¿cómo son las judías azuki y las mungo? Hace tiempo que, sobre todo en invierno... hago algún que otro guisito con esta excelentes judías, ya sabéis... para salir de la monotonía del garbanzo, la lenteja o las judías blancas de toda la vida... que no por eso me gustan menos... Principalmente, es por variar y por comer alimentos cada día más sanos y que nos aportan muchos ricos y buenos nutrientes. Os dejo con esta información muy interesante que leí y me pareció buena para compartir con vosotros.

Los Azukis son unas legumbres rojas con forma de riñón, con buenas propiedades depurativas y un gran aporte de nutrientes para mejorar nuestra salud.



El azuki nos llega desde China donde, probablemente se originó. Desde allí paso a Japón donde se ha convertido en uno de sus principales cultivos y es una legumbre muy consumida.
Las judías azukis son pequeñas, de forma redondeada, de color rojizo y con un sabor dulce. En Japón se usan, incluso, en productos de confitería.
En Europa y América del Norte es apreciada por su tiempo de cocción relativamente corto, aproximadamente una hora y por su bajo nivel de grasas.

Propiedades del azuki

  • Facilita los procesos digestivos y favorece el desarrollo de la flora intestinal.
  • Es utilizada en tratamientos de desintoxicación, gracias a su aporte en tiamina o vitamina B1.
  • Protege el corazón y el sistema nervioso.
  • Estimula el funcionamiento del riñón produciendo un buen efecto.
  • Como toda legumbre, el azuki ayuda a regular la tasa de azúcar en sangre, siendo aconsejada en personas diabéticas.
  • Es muy indicada durante el embarazo por su riqueza en minerales y oligoelementos. Relaja y estimula la producción de leche materna.

¿Sabías que el azuki...?

Es una legumbre con propiedades depurativas que ayuda a limpiar nuestro organismo a la vez que lo nutre y lo cuida.
En el lejano Oriente es conocida como el "Mercedes" de las legumbres.
En el Este también es común encontrar judías azuki endulzadas con azúcar y en tortas y dulces.


Soja verde.-

Su verdadero nombre es judía mungo y aunque no tiene nada que ver con la soja, es la legumbre más rica en proteínas después de ésta. Estrella de la cocina india, depara platos sabrosos y fáciles de digerir.



Las judías mungo, que crecen en regiones cálidas, se cultivaron por primera vez en la India hace posiblemente más de 5.000 años. Con ellas se prepara una de las versiones del dahl, plato básico desde las faldas del Himalaya hasta Kerala, donde las judías mungo se mezclan con gachas de arroz (kanji).


Existen muchas razones que explican su éxito. Su cultivo es rentable y sencillo, pues no exigen mucha agua, maquinaria agrícola ni grandes cuidados, y la cosecha llega rápido: en poco más de tres meses desde la siembra.

La judía mungo constituye una gran fuente de proteínas ya que aporta nada menos que 25 g por cada 100 gr. (30 gr. si está pelada). Además, proporciona hidratos de carbono, fibra y una cantidad mínima de grasas. Por estas características, se trata de un alimento muy adecuado para reducir los niveles de colesterol en la sangre.

Minerales. Destaca por su riqueza y variedad en minerales. Es rica, sobre todo, en magnesio, que beneficia a huesos, músculos y al sistema nervioso; también aporta dosis considerables de hierro, básico para la protección inmunitaria y el transporte de oxígeno; y es una buena fuente de fósforo, que nutre los huesos e interviene en la producción de energía.

La judía mungo aporta cantidades muy destacables de ácido fólico, así como de otras vitaminas del grupo B, entre ellas la B1, la B3 y la B6, que contribuyen a asimilar mejor los hidratos de carbono.

Las judías mungo son también ricas en minerales: sobre todo en magnesio, hierro, fósforo, potasio, cobre, calcio y selenio, como se puede comprobar en el recuadro adjunto. La disponibilidad de su hierro vegetal puede aumentarse si las mungo se cocinan con ingredientes ricos en vitamina C, como frutas cítricas o tomates, pues favorecen su asimilación.

La judía mungo es un ingrediente muy noble en la cocina, pues su delicado sabor no domina en la receta y tiene la gran virtud de impregnarse bien de los sabores y aromas de los alimentos que la acompañan. Por esa razón, resulta excelente en preparados de cocción lenta y prolongada, como guisos y estofados, debidamente especiados y con una buena proporción de hortalizas o cereales que la complementen desde el punto de vista nutricional.

Para favorecer su digestión y reducir el tiempo de cocción, es necesario dejarlas en remojo antes de cocinarlas, aunque sólo sea durante unas pocas horas, ya que se ablandan más rápidamente que otras legumbres. Pasado ese tiempo, se deben enjuagar y escurrir bien a fin de eliminar las sustancias flatulentas disueltas en el agua. Igualmente, para destruir ciertas sustancias indigestas que suelen contener la mayoría de las legumbres en la piel, se han de echar a la olla con el agua todavía fría. Se las deja hervir a fuego fuerte y sin tapar durante 2 o 3 minutos y luego se dejan cocer a fuego lento añadiendo un poco de agua fría de vez en cuando, hasta que la legumbre esté en su punto.

Es importante retirarla del fuego a tiempo, justo antes de que se abra la piel, dejando que la cocción se acabe fuera del fogón. Así se evita que se deshaga y se convierta en puré, pues a partir de cierto punto de cocción la judía mungo se ablanda muy rápidamente.

Las mejores judías mungo pueden comprarse en las tiendas de comida india o paquistaní, o en las de dietética. Se pueden adquirir enteras, partidas o peladas. Si se eligen enteras, hay que prestar atención al estado de su piel, que debería ser brillante y sin arrugas, y de un bonito color verde oliva.



            

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