Los 5 venenos blancos.-

lunes, 25 de marzo de 2013

RINCÓN DE SALUD 3 

Hoy os traigo un artículo súper interesante que encontré en la siguiente página: www.elblogdelanutricion.com
Espero que os guste y que cada día podamos hacer nuestra alimentación más sana y consciente de lo que nos hace bien y lo que no nos conviene… es verdad, que tenemos muy aferrado el consumo de estos alimentos en nuestras dietas, pero cada día podemos hacer un pequeño esfuerzo… o mejor dicho, cada día podemos tomar una nueva iniciativa y decidir comer más sano para beneficiar a nuestro cuerpo.
Observamos como alimentos de consumo,  muy frecuente, que añadimos a la cesta de la compra perjudican seriamente en nuestra salud presente y futura.
En esta lista, los llamados “venenos blancos”, recogen alimentos que coinciden en el color blanco, fundamentalmente que presentan, por haber sido desprovistos de cualidades nutritivas que poseían… y que ahora ya no poseen, tras el proceso de manipulación al que han sido sometidos para llegar al gran consumo y abaratar sus costos.
El avance de enfermedades crónicas y degenerativas en las sociedades industriales, como la diabetes, el cáncer y la hipertensión arterial entre otras,  tienen una relación si no directa, al menos relacionada con el consumo de estos alimentos de manera regular en nuestras dietas.
Cinco son estos venenos blancos: la harina refinada, el azúcar blanco, la sal refinada, el arroz blanco y la leche.
Harina refinada  Cuando más fina y blanca es la harina, menos fibra, vitaminas y minerales contiene. El pan blanco, el pan de salvado (falsos integrales), la bollería, no contienen vitaminas ni minerales, mientras que favorecen las caries, el cáncer, el colesterol y la diabetes. Los panes más recomendables son el pan de centeno y el pan integral.

Azúcar refinada  No es buena porque no aporta ningún nutriente, solo calorías vacías.  Los azúcares refinados son causantes muy directos de obesidad, de un desequilibrio nutritivo y caries.  Edulcorantes químicos como el aspartamo, la sacarina y los ciclamatos se les ha relacionado con un mayor riesgo de cáncer. El problema radica en la forma en que incorporamos los azúcares a la alimentación, las frutas y las verduras, por sí mismas, ya aportan azúcares en una forma más saludable.

La sal refinada  La sal refinada que nos venden es sólo cloruro sódico, que aunque le hayan incorporado flúor o yodo, esto ha sido de manera artificial y no en las proporciones en las que se encuentra en la sal marina pura.  La comida procesada se encuentra llena de sal refinada (entre 8 y 20 veces más de la dosis recomendada), provocando el aumento del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.  El cloruro sódico “solo” es peligroso para la salud, no así cuando se encuentra compensado, tal como se encuentra en la sal marina, con otros minerales como:  azufre, boro, bromo, carbono, estroncio, magnesio, potasio, aluminio, arsénico, bario, cesio, cobalto, flúor, fósforo, hierro, litio, manganeso, mercurio, molibdeno, níquel, nitrógeno, oro, plata, radio, rubidio, selenio, silicio, torio, uranio, vanadio, cinc, yodo…

Arroz blanco  Al igual que la harina, el refinado por el que pasa el arroz le quita todo el aporte energético y vitamínico que puede tener. El arroz blanco causa aumentos bruscos en los niveles de glucosa en la sangre, lo cual es un riesgo para la diabetes. Aunque el arroz se ha consumido durante siglos, fue en el s. XX cuando comenzó a refinarse y consumirse como arroz blanco. El arroz integral es una opción más sana porque libera la glucosa de forma más gradual.

Leche de vaca  Está considerada como la principal causa de alergias en los niños, según atestigua la Academia de Alergia, Asma e Inmunología de Estados Unidos, y otra multitud de estudios. El aporte de grasas saturadas y colesterol, como proteínas no del todo aptas para el ser humano hacen considerar que no es el alimento tan completo y saludable que nos han hecho creer durante años. Algunos estudios, incluso la relacionan con la diabetes y hasta con la osteoporosis, porque al ser baja en magnesio, no favorece al hueso absorber el calcio. Si a ello sumamos los medicamentos y hormonas con las que se tratan a las vacas y que luego aparecen en la leche, hacen recomendable sustituirla por otras alternativas naturales más saludables.

Una dieta adecuada, en la que se sustituyan los “venenos blancos” por fibras y proteínas, carbohidratos complejos (no refinados) y un aporte de controlado de grasas buenas (frutos secos, aguacate…), será la mejor receta para mantenernos sanos y evitar síntomas cada vez más relacionados con la edad, cuando debería relacionarse con la mala dieta llevada a lo largo de la vida.

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