Esta receta salió de la improvisación más absoluta (el día de mi batch cooking) y, también en mi intento de terminar varios productos de los que me quedaban restos por el frigorífico y la despensa; léase: dos paquetes de espinacas frescas, con los que no tenía ni idea de qué hacer... porque los compré pensando en cocinar espinacas con garbanzos, y resulta que cuando me puse al lío... no tenia garbanzos cocidos, así que tuve que echar mano de otra opción para gastar esas espinacas que aún estaban buenas, pero que si las dejaba uno o dos días más, en el frigorífico... ya no servirían.
También quería gastar un resto de harina integral y un resto de copos de avena finos... de esos paquetitos, inútiles que se te van quedando en el fondo de la despensa y cuando los descubres, ves que han puesto todo perdido de polvo, porque (al no cerrar bien el paquete) se ha salido un poco de su contenido.
En fin, que a lo que quiero llegar es que llevo un par de semanas intentando reorganizar mi despensa. Primero, un lunes por la tarde, saqué todo de los cajones, estanterías y muebles, para hacerme a la idea de cuántos comestibles tenía en casa... ¡Ay, madre mía! ¿Cómo se puede llegar a acumular tanta cosa... y tantos restos, en paquetitos, de esto y de aquello...? Así que primero tomé un gran bol donde puse todo lo que estaba caducado que tenía que usar sí o sí, porque aún no se había echado a perder y, en definitiva, fueron un puré de patatas envasado, que ni me acuerdo cuándo lo compré y unos copos de arroz inflado con ágave, para el desayuno; que como a mi marido no le gustan, me los tendré que comer yo solita.
Por otro lado, cogí otro bol grande y puse todos los paquetes de comestibles que tenía a la mitad o con restos... De estos, ya si fueron varios, y llevo algunos días intentándomelos sacar de encima, gastándolos en recetas que voy preparando, para empezar de nuevo.
Estos dos boles, los coloqué encima de la mesa de la cocina y, he decidido que hasta que no gaste todo lo que hay en ellos, no pienso comprar nada más de esos productos. Así me obligo, a mi misma, a ser más ordenada y consciente de las compras que hago y de lo que voy a gastar o no, en los próximos meses.
También he tomado la decisión, en este sentido, de volverme un poco minimalista y no quiero comprar comestibles de más para tener acumulados. Además, como a 5 minutos de mi casa tengo una tienda muy chula (me encanta) que venden todo ecológico y a granel... desde hace meses ya no compro nada empaquetado, sino que voy a a Tot a granel y compro allí mis semillas, cereales, frutos secos, harinas y demás. Y es un auténtico placer, pues así no acumulo nada y uso siempre productos frescos, para que no se enrancien en mis armarios.
Mi nuevo "proyecto" es lograr convertir mi despensa en una de esas preciosas que se ven por Pinterest, con botes todos iguales, con etiquetas y con todo bien clasificado por categorías, y demás... pero esa historia, te la contaré en otro post.
Ingredientes:
Para los fritters de espinacas
- 600 gr de espinacas frescas.
- 100 gr de queso Feta.
- 100 gr de queso Parmesano.
- 2 huevos de gallinas felices.
- 4 cucharadas de harina de trigo integral.
- 4 cucharadas de copos de avena finos.
- 1 cucharadita de polvo para hornear (tipo Royal).
- Sal rosa del Himalaya.
- Pizca de pimienta negra recién molida.
- Algo de aceite de oliva para freírlos.
Para la salsa de tomates kumato
- 1 kg de tomates variedad Kumato muy maduros.
- 1 cebolla pequeña.
- 1 diente de ajo.
- 1 cucharadita de Sal rosa del Himalaya.
- 1 cucharadita de azúcar moreno (para quitar la acidez del tomate).
- Orégano y albahaca secos.
- Pizca de pimienta negra recién molida.
- 3 cucharadas de aceite para hacer el sofrito.
Preparación:
De los fritters
- LAVAR las espinacas y escurrirlas muy bien en el centrifugador de hojas.
- CORTAR la cebolla en brunoise menuda.
- SOFREIR la cebolla en una sartén grande con dos o tres cucharadas de aceite de oliva.
- AGREGAR las espinacas cortadas menudas y dejar marchitar con la cebolla, hasta que se hayan reducido por completo.
- ESCURRIR en un colador grande las espinacas con la cebolla para que suelten toda el agua acumulada.
- MEZCLAR con los quesos rallados y los condimentos, poner poquita sal, pues ambos quesos (Feta y Parmesano) ya son saladitos de por sí.
- En un bol grande, TERMINAR de hacer la pasta para los fritters añadiendo a la mezcla anterior harina y copos de avena, además de los huevos hasta obtener una masa blanda, pero no suelta. sino manejable.
- DEJAR reposar al menos media hora.
- Con una cuchara ir tomando porciones de la masa, del tamaño de una pelota de ping pong y dorarlas en una sartén con un poco de aceite, para que no se peguen.
De la salsa suave de tomates Kumato
- ESCALDAR los tomates durante 30 segundos, en agua hirviendo, habiéndoles hecho, un corte en cruz en la base, para poder quitarles mejor la piel.
- PICAR los tomates y reservar.
- SOFREIR la cebolla picada con el ajo en un poco de aceite, cuando comience a transparentarse, agregar los tomates, la sal, el azúcar y un toque de pimienta (opcional).
- PONER también las hierbas secas: orégano y albahaca.
- DEJAR hervir hasta que el tomate esté frito. Unos 35 o 40 minutos. Removiendo de vez en cuando.
- PASAR la salsa de tomate por la batidora para que quede más suave y sin grumos.
Servir los fritters de espinacas, en un plato llano con una base de tomate frito. Quedan deliciosos, recién hechos. Crujientes por fuera y suaves y cremosos por dentro.
Gracias por acompañarme una semana más... Y tú, ¿cómo llevas el tema de tu despensa? ¿Compras a lo loco o eres súper organizado/a?
Cuéntame, te leo.