Hoy quiero hablaros de una variedad de arroz que, hasta hace relativamente poco, no se conocía en España. Se trata del arroz negro o venere. El arroz negro es de origen chino y su consumo estaba reservado a la nobleza. En China, se conoce como el arroz prohibido, pues en otras épocas solo lo podía comer el Emperador, y si alguien era descubierto robando una porción de este manjar, se le castigaba con la pena de muerte. Su consumo estaba restringido a la familia Imperial en exclusiva, porque lo consideraban una fuente de juventud, gracias a sus propiedades antioxidantes.
En crudo presenta un profundo color negro, mientras que una vez cocido, se torna en un púrpura intenso, que lo hace muy atractivo a la vista. Su color violeta oscuro o púrpura se debe principalmente a la elevada presencia de antocianina. Su contenido mineral (incluyendo el hierro) es relativamente alto y, como la mayoría de los arroces, contiene varios aminoácidos importantes.
En la actualidad se cultiva en diversos países como Indonesia, Japón, Italia, Malasia, Vietnam, y otros lugares. Tiene un alto valor nutritivo y su gusto recuerda el de las avellanas. Es rico en hierro y en fibra, además de ser muy saciante.
Prepararlo es muy fácil, no necesita de grandes elaboraciones, lo mejor es cocerlo solo, con un poco de sal y, a continuación, usarlo en ensaladas o salteado con verduras o proteínas tanto de origen vegetal como animal (si las consumes). Al ser un arroz poco glutinoso, queda muy suelto después de la cocción y se presta idealmente para presentarlo en ensaladas, es por eso que lo elegí para este plato y también porque es un ingrediente poco común en nuestras cocinas, todavía.
A mi me gusta fermentar el arroz antes de cocinarlo, ésta es un técnica que he aprendido, relativamente hace poco... yo diría que desde el verano pasado y que vengo poniendo en práctica habitualmente desde entonces. Te explico en qué consiste y qué beneficios tiene.
Básicamente, fermentar el arroz, es ponerlo a remojo con un agente fermentador durante un tiempo determinado...
¿Por qué hacer un remojo previo? Durante el remojo, iniciamos el proceso de “germinación” de granos, que se traduce en una disminución en el contenido de compuestos que nos impiden aprovechar todos los nutrientes que estos alimentos poseen, a estos compuestos se le llaman también "anti-nutrientes".
El remojo que yo hago del arroz va de 24 a 48 horas. Por ejemplo, éste arroz negro lo puse a remojar el viernes por la noche, en un bol grande con abundante agua filtrada y un chorrito de kéfir de agua (también puedes usar kombucha, vinagre de sidra de manzana sin filtrar o simplemente nada...).
A través del remojo mejoramos notablemente su digestión, el aprovechamiento de sus minerales y reducimos la formación de gases, lo mejor es que le proveemos a la flora intestinal una fermentación saludable. Es por eso que podemos incorporar a ese remojo una bebida probiótica como el kéfir. Después de ese remojo, escurrimos el arroz y ya lo podemos hervir.
Ingredientes:
- 250 gr de arroz negro.
- 200 gr de pimientos asados (verdes y rojos).
- Un puñado de nueces.
- Un puñado de pasas.
- Perejil fresco u hojas de zanahoria bien picadas.
- Sal rosa de hierbas.
- Limón recién exprimido.
- Aceite de oliva virgen extra de la variedad Alberquina.
- Queso Feta o tofu ahumado salteado (opcional).
Preparación:
Cocción del arroz:
- REMOJAR o FERMENTAR el arroz de 24 a 48 horas.
- ESCURRIR del agua de remojo.
- HERVIR, una parte de arroz por dos de agua con una pizca de sal durante 25 minutos.
- APAGAR el fuego y dejar reposar unos 15 minutos, sin destapar la olla.
- ESCURRIR el exceso de agua, si la hubiera.
- LAVAR el arroz bajo el grifo para refrescarlo.
- DRENAR toda el agua y utilizar a conveniencia.
Montaje de la ensalada:
- PONER una base de arroz en el plato.
- AGREGAR los pimientos asados por encima.
- AGREGAR las nueces y las pasas.
- ESPOLVOREAR con perejil fresco picado. Yo no tenía así que usé hojitas frescas de zanahoria, bien lavadas, secas y picaditas.
- ALIÑAR con sal de hierbas, zumo de limón recién exprimido y un buen aceite de oliva.
Sinceramente, esta ensalada nos ha sorprendido y gustado muchísimo en casa. La comimos como plato único y terminamos con unas fresas de postre. Fue una comida tan saciante que a la noche, no teníamos ganas de cenar, así que solo me tomé una infusión. Deseo que vosotros la disfrutéis tanto como yo.