Uy... ¡Cuánto tiempo llevo con ganas de contaros algo sobre los germinados! Prácticamente, desde que empecé con el blog... pero nunca veía la ocasión, hasta que esta semana me he armado de algo de tiempo, valor y ganas para escribir este post y ¡aquí está!
¡Ta-cham! Por fin os voy a hablar un poquito de mi experiencia con los germinados.
Como creo que la mayoría de todos vosotros, el primer contacto que tuve con los germinados o, mejor dicho, brotes, fue en el colegio. Cuando la maestra nos pedía que lleváramos un puñado de lentejas a clase y con algodón húmedo y agua las hacíamos germinar en vasitos de plástico blanco, ¿os acordáis? Todo un juego de niños... Pero creo que ninguno de nosotros nos comimos nunca aquellos brotes... pues ni sabíamos que eran tan beneficiosos para nuestra salud.
Más tarde, con el paso de los años y, sobre todo al hacerme vegetariana, empecé a escuchar aquello de las maravillas de los germinados y brotes y todas las bondades que tenían para nuestro cuerpo... por eso, empecé a comprarlos y, un poco más tarde a cultivarlos, yo misma en casa. Pues es lo más simple, fácil y fascinante del mundo. Ver la vida surgir de una semillita o legumbre, tan frágil pero cargada de energía y nutrientes para nuestra salud, es lo mejor que puedes hacer en tu cocina.
Sus beneficios para la salud son notables. Su consumo regular regenera la flora intestinal y mejora la digestión. Son reconstituyentes, remineralizantes y desintoxicantes, estimulan el metabolismo y los jugos pancreáticos, fortalecen las defensas y apenas aportan calorías.
También resultan depuradores del organismo, potenciadores de la producción de leche materna y reguladores del sistema endocrino. Además, incrementan el tono muscular, disminuyen el meteorismo... y tienen probados efectos rejuvenecedores.
¿No te parecen, éstas, buenas razones para incluirlos en tu dieta?
Además, la editorial
Ediciones Obelisco, me regaló hace unos años este librito, titulado...
BROTES TIERNOS en el que, a parte de un montón de información sobre los brotes y semillas germinadas, nos dan 20 buenas razones para hacer germinados en nuestra propia casa, de las que te hago un listado a continuación:
- Es un método simple que está al alcance de todos (casi un juego de niños).
- Se requiere poco material y es muy económico.
- Se requiere un trabajo mínimo y poco esfuerzo.
- La única necesidad: dedicarles 5 minutos a la mañana y otros 5 a la noche para enjuagar las semillas.
- No ocupan prácticamente espacio: un alféizar, un fregadero, una estantería o la encimera de tu cocina.
- Con una germinadora podemos multiplicar la variedad de cultivos.
- Este jardincito puede instalarse en cualquier lugar de la casa, tanto interior como exterior.
- Si te vas de camping puedes seguir haciendo tus brotes: atando un trozo de algodón en un saco de rejilla en uno de los extremos de tu tienda y acordarte de humedecerlo dos veces al día.
- No tiene problemas de suelo, malas hierbas, insectos ni de clima o estaciones, eso sí, quizá en invierno tarden un poquito más en brotar tus semillas que en verano.
- La recolección es rápida y regular, de 1 a 10 días en general, según la semilla y la longitud deseada de los brotes.
- Los productos obtenidos son completamente ecológicos: ni abonos, ni pesticidas ni insecticidas.
- Al haber una gran cantidad y variedad de semillas en el mercado, puedes diversificar los cultivos.
- Fácil conservación y almacenamiento, solo tienes que mantener los brotes lejos de la humedad y de la luz directa del sol.
- Transporte fácil, pues las semillas no pesan ni ocupan espacio.
- No hay pérdida nutricional en el proceso de recolección y consumo, pues van directamente de la germinadora al plato.
- Preparación rápida: no es necesaria ninguna cocción.
- Salen baratísimos, pues por ejemplo, de 1 kg de avena se obtienen 6 kg de brotes tiernos.
- Ningún gasto energético, pues se consumen crudos.
- Contacto con la naturaleza: muy importante para los urbanitas, que pueden gozar de un pequeño y precioso jardín interior.
- Finalmente, cabe destacar que las semillas germinadas son bonitas y cada día se uede observar cómo se van desarrollando.
La mejor forma, después de mi experiencia de hacer germinados o mejor dicho, para iniciarse a hacer germinados en casa, es con un bote, una gasa y una gomilla... y agua fresca y limpia diaria, para refrescar nuestras semillas. Eso es lo más simple y efectivo que he experimentado... después, si te convencen, si te gustan y si los haces muy asiduamente, como es mi caso, te puedo aconsejar que te compres algún germinador, ya sea como el mío o como algún otro de los muchos modelos que existen en el mercado.
El modelo que yo uso va genial, es práctico e higiénico... el único inconveniente es que según que semillas, a veces, pueden quedar restos de agua (que no se drenan bien en las bandejas) y tienes que estar atento para quitarla tú mismo. Así no se te estropearán tus germinados por exceso de humedad.
Te animo a hacer tus propios brotes y germinados son muy saludables, económicos y te ayudan a transformar cualquier plato, de normalito en excepcional. Como esta ensalada que te enseño hoy, todo una combinación que bien podría comerse como plato único.
Cómo hacer germinados en casa
PASO 1
- En un bote limpio, como ves en la imagen, coloca varias cucharadas de semillas, las que tu quieras, y déjalas remojando con agua filtrada, mejor si no es directa del grifo (que suele tener cloro), como mínimo 5 horas (yo las suelo dejar toda la noche).
PASO 2
- A la mañana siguiente, descarta el agua de remojo y pon la gasa ajustada con la goma en la boca del bote. Deja el bote drenando el exceso de agua. Las semillas deben estar siempre húmedas, pero no encharcadas, pues se pueden llegar a pudrir o crear mohos indeseados.
PASO 3
- Puedes usar agua del grifo, como ves en la imagen, o filtrada (yo siempre uso filtrada) para enjuagar las semillas, dos veces al día, por la mañana (antes de irte al trabajo) y por la noche (antes de irte a la cama, como hago yo). Si ves que a media tarde, las semillas se ven algo secas, pues hace mucho calor en el lugar donde vives, te recomiendo que le des otro enjuagado y drenado, por la tarde. Sobre todo ahora que se acercan los calores del verano.
- Siempre deja escurrir bien el bote, en un ángulo de unos 45 º para que drene el exceso de agua y no se te estropeen tus brotes.
- Deja el bote en un lugar que no le de la luz directa del sol.
PASO 4
- En 4 o 5 días tendrás unos brotes prefectos para consumir. Dependiendo de las semillas que hayas usado.
- Lávalas muy bien y escurre el exceso de agua sobre varios papeles absorbentes de cocina.
- Guárdalas en el frigorífico, en un tupper de cristal hermético, con papel absorbente en el fondo y ve retirando cada día las que vayas a consumir. Te durarán de una semana a 10 días, dependiendo de las semillas que hayas germinado.
Ensalada de primavera con germinados hechos en casa
Ingredientes:- Lechuga hoja de roble (lavada y centrifugada).
- Zanahoria rallada (lavada y seca).
- Brotes de lentejas marrones ecológicas, hechos en casa.
- Brotes de trigo sarraceno, hechos en casa.
- Pipas de girasol.
- Pistachos.
- Arándanos secos (hidratados al menos 1/2 hora).
- Semillas de cáñamo.
- Semillas de chía.
- Sésamo blanco.
- Sésamo negro.
- Sal con flor de Hibisco y romero (es la que yo tenía, pero puede ser cualquier sal).
Aliño
- Zumo de naranja.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Toque de mostaza de Dijon.
- Sal rosa del Himalaya.
- Toque de curry en polvo.
Preparación:
- COLOCAR los ingredientes en un bol, ya sea grande o individual. En este orden: hojas, zanahoria rallada, brotes, semillas y frutos secos.
- REGAR con el aliño y disfrutar.
Y tú ¿sueles comer germinados? ¿Te has atrevido alguna vez a prepararlos tu mismo? ¿Te llama la atención "cultivar" tu propia comida en tu cocina? ¿Te ha parecido interesante mi post de hoy?
Cuéntame, ya sabes que te leo y te respondo.
Gracias.