Queso tipo camembert de anacardos

jueves, 28 de febrero de 2019


Este jueves vengo con otro queso vegano, pues el próximo lunes 4 de marzo, mi amiga y chef vegana, Sandra Patrone del Restaurante Beagell Sabadell y yo misma tendremos un taller, mano a mano, para llevar a cabo varias propuestas de quesos vegetales, en un taller presencial que se hará en Barcelona. aún estás a tiempo, así que si te apetece acercarte por aquí y así nos conocemos, sería fantástico.


Alucino... sé, que no te puedo volver a repetir que estoy totalmente fascinada con mi etapa "quesera vegana", pero es que estos quesitos quedan tan ricos, son tan saludables y lucen tan bien en las fotos que sigo enamorada de ellos, y no hago más que practicar y practicar recetas para mostrárosla en el blog. En serio, tienes que probar alguno de ellos, si aún  no te has decidido, pues merecen la pena, y mucho.

Este por ejemplo, es espectacular, suave, cremoso, aromático, rico a rabiar y fácil ya  ni te cuento... no tardas nada en hacerlo, y disfrutarás de un manjar en toda regla a la hora del aperitivo con tus amigo, ya verás. 

Beneficios de consumir quesos veganos

  1. Están mucho menos procesados que los quesos industriales procedentes de leches de animales y nos aportan abundante energía en forma de hidratos de carbono, acompañados de fibra. También están formados por grasas saludables y proteínas de buena calidad.
  2. Los ingredientes usados como base de los quesos veganos, semillas, frutos secos, legumbres, cereales... los convierten en una excelente fuente de calcio y otros minerales y oligoelementos. Además son ricos en vitaminas como la E, la provitamina A, las del complejo B y la C.
  3. Por otro lado, cuidan nuestro intestino , pues nos aportan bacterias probióticas que protegen la microbiota o flora intestinal. Tampoco contienen sustancias como la lactosa o la caseina, que sí encontramos en la leche que da lugar a los quesos lácteos y que nos producen mucosidad, problemas respiratorios y desórdenes autoinmunes, entre otros.
  4. Para las personas con problemas intestinales, intolerancias o alergias existen versiones libres de gluten, de soja y de frutos secos que pueden ser elaboradas con semillas como las de girasol o con almidones y aceites.
  5. Si consumes quesos veganos, evitas consumir residuos de hormonas, virus, bacterias, pus, o toxinas que sí contienen los lácteos y que están generados por los antibióticos que inyectan a los animales.
Fuente (adaptada): Revista digital CM


Ingredientes:
- 1 taza de anacardos remojados por 8 horas.
- 1 taza de agua filtrada.
- 1 yogur de soja sin azúcares añadidos.
- 2 cucharadas de aceite de coco.
- 2 cucharadas de almidón o fécula de mandioca o yuca.
- 1 cucharada de levadura de cerveza en copos o levadura nutricional.
- 1 cucharada de zumo de limón, recién exprimido.
- 1 cucharadita de agar agar en polvo.

Preparación:
  • Remojamos los anacardos durante toda la noche. A la mañana siguiente los enjuagamos y los escurrimos bien. Los depositamos en un procesador o picadora de alimentos de gran potencia.
  • En una olla, a parte, mezclamos el agua, el yogur, el aceite de coco, la fécula de mandioca, la levadura de cerveza y el agar agar. Una vez bien mezclado, encendemos el fuego y llevamos a ebullición, hasta que hierva, sin dejar de remover, al menos por 1 minuto.
  • Vertemos esta crema sobre los anacardos, dentro del procesador de alimentos y trituramos todo, hasta obtener una crema suave, homogénea y lisa.
  • Ponemos en un molde redondo y bajo y dejamos enfriar en el frigorífico durante al menos 2 o 3 horas. 
  • Desmoldamos y espolvoreamos por todos lados con maizena o fécula de maíz, para otorgarle a este queso la apariencia de camembert.

Es una delicia, mira que he probado quesos veganos, pero éste tiene una textura y un aroma increíbles, además del aspecto, por supuesto, el sabor. Te lo recomiendo, sin duda.

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Requesón de almendras con sirope de coco y FELIZ 6º CUMPLEBLOG!!

jueves, 21 de febrero de 2019




Estos días, concretamente, el próximo sábado 23 de febrero, La Olla Vegetariana cumplirá 6 años ya... 6 años compartiendo con vosotros mis aventuras, alegrías, sinsabores (a veces) y recetas mil... para alegraros el cuerpo y el ánimo. Y la palabra que más sale de mi boca, y sin duda, no me canso de repetir es: ¡¡GRACIAS!!

Gracias por haberos sumado poco a poco y cada día a las filas de La Olla... gracias por venir cada semana,  gracias por comentar, hacer y halagar mis recetas y gracias porque os habéis convertido en una parte muy importante de todo este proyecto, que veo con ganas y vientos de cambios ahora y en el futuro.

Ya van más de 600 recetas publicadas, y más de un millón de visitas y eso me llena de orgullo y satisfacción, por todo el trabajo que con amor y mucha dedicación hay detrás de todo esto. Lo hago por y para vosotros, los conocidos y los anónimos que cada día os acercáis a llevaros ideas, espero que apetecibles y saludables para incorporarlas a vuestros hábitos alimenticios. Es todo un reto para mi y sé que os gusta; muchas gracias por todo ello y espero que nos sigamos encontrando por aquí, cada jueves.

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Estoy en una etapa de prueba y experimentación de recetas total. Mi gran reto, entre otros muchos, que me gustaría llevar a cabo este año, es el de llegar a preparar riquísimos y completos quesos veganos, o crudiveganos y sin lácteos. Es mi reto personal. 

Amo el queso y los lácteos desde pequeña, y es uno de mis talones de Aquiles, en cuanto a la alimentación... si todavía no me he hecho vegana, es porque me gusta comer huevos y queso; además de yogur. Con éste último, no tengo problemas, pues los suelo hacer regularmente en casa con leche de soja y quedan muy buenos; así que, por ese lado, estoy satisfecha... pero con los huevos y el queso, es otra historia.

El tema huevos, de momento, tampoco me preocupa demasiado, pues los compro ecológicos o de gallinas felices desde hace años, prácticamente desde que comencé con este blog. Además, no los como tanto como quisiera.. . si llego a uno por semana, ya es mucho. Así, que de momento, pienso seguir así.

Otro tema es el queso.. ay, amigos... ese tema es difícil de afrontar. Uno, porque me gusta su sabor, olor y textura... sea cual sea su procedencia y dos, porque a mi marido le fascina el queso y no perdona, el comer pizza, el sábado por la noche y que no lleve queso menos todavía; así que en beneficio de mi salud y la suya... es que no ceso en el intento de buscar, practicar y llevar a cabo, distintas recetas de quesitos de todo tipo, y os confieso que cada día me gustan más... lo que me hace olvidarme, casi por completo de los quesos verdaderos... Porque si están bien hechos, madurados y fermentados, los quesos de origen vegetal pueden llegar a ser toda una delicatessen; como es el caso de este requesón, que nada tiene que envidiarle a original.

Cada vez me gusta más hacer quesos fermentados, pues siento que como todo en la vida, se aprende de los errores, pero también se aprende con la práctica, y cuanto más practico, más aprendo.




Quizás os estaréis preguntado, ¿si abandono totalmente el consumo de lácteos y sus derivados, tendré alguna carencia nutricional? ¿Porque... de dónde obtendré el calcio, por ejemplo?

Pues os diré, porque está probado en muchos estudios que podemos alimentarnos perfectamente, sin tener carencias de ningún tipo, prescindiendo de los lácteos. Esa necesidad psicológica de sustituir los lácteos animales y sus derivados por otros alimentos, responde a una preocupación infundada sobre la posible carencia de calcio y al apego social que tenemos de consumir algunos alimentos, que la industria nos ha hecho creer y pensar que son imprescindibles, como son beber leche, tomar yogur o comer queso.

La carencia de calcio, en nuestro organismo, no solo se debe a no tomar alimentos que lo contengan, sino también a que tomamos, muchas veces en exceso, otros alimentos que nos acidifican la sangre, es decir, que nos hacen perder nutrientes sin darnos cuenta; por ejemplo, es el caso del consumo ingente de azúcar blanco, cereales refinados o carnes de animales muertos. También, es perjudicial, para nuestro organismo y, todos los sabemos, injerir alimentos cocinados a altas temperaturas como los fritos, los horneados o pasteurizados. (Nota: fragmento parafraseado del libro: Quesos crudiveganos, de Ana Moreno).

Por lo tanto, lo que debemos intentar hacer, cada vez más, es incluir en nuestra dieta diaria alimentos saludables que contengan calcio y magnesio, por ejemplo, como son las verduras de hojas verdes, las crucíferas (o coles), las semillas de sésamo, de amapola, los frutos secos como las almendras y los dátiles e higos secos; además de las algas. Entre otros. 

Pero, amigos, este es un proceso, lento, no se hace en un día o dos... sino en años de concienciación y  aprendizaje, como es mi caso, y sobre todo muchas con ganas de cuidarnos y respetarnos cada vez más a nosotros y los demás seres vivos del planeta.

Uy, y ya no me enrollo más por hoy, que diréis que os estoy dando mucho la brasa... vamos con la receta que es muy sencilla, ya veréis.



Ingredientes:
- 150 gr de almendras crudas.
- 200 ml de rejuvelac.
- 1/4 taza de aceite de coco.
- 1 cucharada de zumo de limón.
- 1 cucharada de levadura de cerveza en copos.
- 1/2 cucharadita de sal rosa del Himalaya.
- Sirope de coco al gusto.
- Arándanos para acompañar.

Preparación:
  • Ponemos a remojar las almendras, deben ser peladas, de 8 a 12 horas, para activarlas. Al día siguiente las escurrimos, las enjuagamos y ya las secamos un poco.
  • En una batidora  de vaso turbo trituramos bien las almendras junto con el rejuvelac hasta obtener una crema suave y homogénea.
  • Introducimos esta mezcla en un bote de vidrio y los cubrimos con un paño de algodón limpio y los sujetamos con una goma. Colocamos el bote en un lugar oscuro, fresco y seco para que fermente durante 48 horas.
  • Transcurrido este tiempo, el requesón estará esponjoso y habrá creado algunas burbujas de aire en la fermetación. Las podéis ver  en la foto de arriba, si os fijáis bien.
  • Es el momento de añadir el aceite de coco, el zumo de limón y la levadura de cerveza en copos, además de una pizca de sal rosa del Himalaya. Mezclamos muy bien y formamos nuestro quesito o requesón. Cualquier bol os servirá, aunque yo usé mi cheese-maker, que os enseñé hace mucho. 
  • Lo metemos en el frigorífico durante un par de horas y ya estará listo para consumirlo.
  • Para ello lo acompañé de un sirope de coco, que había comprado hace tiempo y unos arándanos, por ejemplo.


Espero que lo probéis, y si lo hacéis, contadme qué os a parecido.  Gracias por haber leído toda la perorata que os he soltado hoy... que no ha sido poca... será porque con lo del cumpleblog, me sentí más inspirada... Besos, siempre, y hasta la semana que viene.

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Crema antioxidante de pimiento amarillo

jueves, 14 de febrero de 2019



Es tiempo de sopas y cremas, ya lo sabemos, y las hacemos en casa, cada semana, ¿a que sí? Pues hoy quiero proponerte, ésta de pimiento amarillo, que no es muy usual, pero que está riquísima. 

Este es una de esas recetas, que ya desde el mercado, en el puesto de verduras, cuando ves el producto... visualizas el resultado y te salta la chispa de que tienes que hacerla sí o sí... Eso fue lo que me pasó con estos pimientos amarillos. Estaban tan bonitos colocados en una cesta, en la verdulería, tan brillantes, de piel tersa y perfecta y tan llamativos que, no dudé por un segundo, cuando ya tenía 4 preciosos pimientos amarillos en mi bolsa de la compra. Entonces, fue llegar a casa y ponerme manos a la obra, para hacer esta sencilla crema que me encantó, tanto por su textura, su sabor, como y sobre todo por eso, por su color. AMARILLO, sin duda mi color favorito. Y eso que no hay muchos alimentos de este color, pero cuando los encuentras y los pones en el plato... qué alegría le aportan, a qué sí, ¿y tú qué otros alimentos de color amarillo conoces? Cuéntamelo en los comentarios.



Los pimientos amarillos son ricos en carotenos, dada su coloración. También lo son en antioxidantes, en vitamina A y, sobre todo, en vitamina C. Por otra parte, también son muy ricos en fibra, en potasio, en magnesio, en folatos y también hay que destacar que tienen pocas calorías, por lo cual no hay nada que temer al comerlos. Resultan buenos para el sistema inmunológico. Van bien para el sistema nervioso y para la transmisión muscular. Se los considera analgésicos y, además, funcionarían positivamente para problemas articulares tales como la artritis o el reuma. Así, que los pimientos, en general, son una autentica medicina en forma de comida que tenemos al alcance de la mano, en cualquier verdulería.

Ingredientes:
- 3 pimientos amarillos.
- 1 patata mediana.
- 1 cebolla pequeña.
- Sal rosa del Himalaya.
- Aceite de oliva.
- 1/2 litro de agua.
- 1 pastilla de caldo vegetal biológica.
- Unos brotes de alfalfa para decorar.

Preparación:
  • No tiene ninguna complicación: en una olla ponemos un chorrito de aceite de oliva, una cebolla picada, los pimientos y la patata. Sofreímos unos 10 minutos y agregamos el agua, la pastilla de caldo y un poco de sal. 
  • Hervimos unos 15 o 20 minutos, hasta que las verduras estén tiernas. Trituramos, pasamos por un colador fino y listo para comer. Para adornar usé unos brotes de alfalfa, hechos en casa.


Es una crema ideal, rápida y ligera. ¿Te animas a probarla?
 Nos vemos la semana que viene.


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Erbsensuppe: sopa alemana de guisantes secos

jueves, 7 de febrero de 2019

Esta sopa de nombre impronunciable, si no sabes alemán, como es mi caso... nos robó el corazón, y el paladar, en serio. Vaya tela lo rica que está y lo sencilla que es de hacer. Con las salchichas estilo alemanas que me había traído de Suiza, el plato quedó de lujo, así que nos dimos un pequeño homenaje, al estilo germano... aquel día de la semana en que lo comimos. Sigue el crudo invierno, por estos lares, así que hay que seguir reponiendo fuerzas con buenas proteínas vegetales. En este caso, los guisantes secos, y las salchichas de Quorn, una carne vegetal de la que te hablé hace ya mucho tiempo, en el blog y que cuando tengo ocasión, me doy el gustito de traerla a mi mesa.



El origen de este plato es muy humilde, y proviene de los países escandinavos y Alemania, principalmente. Dependiendo de la zona, cambian los ingredientes. el color y el espesor de esta sopa. Yo la hice a partir de guisantes secos, que puse a remojar toda la noche, y he de decir que me costó mucho que se pusieran tiernos, no sé si es que necesitaban más remojo, o quizás un toque en la olla express, para ablandarlos. La idea la saqué de este video y no será la última vez que la haga, pues nos ha gustado muchísimo tanto la textura como el sabor y es un plato ideal para sobrellevar el frío y crudo invierno que estamos teniendo.

Añadir también un par de cucharadas de humo líquido, marca toda la diferencia, pues le aporta al plato un sabor y un olor ahumaditos que enamora, parece como si la hubieras estado haciendo toda la mañana a fuego lento, sobre las brasas del hogar... ¡¡Uy, qué bucólico!!

Espero que te guste, y si la pruebas, que me cuentes si te ha gustado no... Yo es la primera que vez usaba guisantes secos y me han encantado, ¿y tú los has usado alguna vez en tu cocina?



Ingredientes:
- 250 gr de guisantes secos, remojados durante 12 horas.
- 1 puerro.
- 2 zanahorias.
- 1 nabo.
- 2 patatas medianas.
- 1 cebolla.
- 2 cucharadas de humo líquido.
- 2 salchichas veganas estilo alemán.
- Sal rosa del Himalaya y aceite de oliva virgen extra.


Preparación:
  • Ponemos a remojar los guisantes secos, durante 12 horas en agua a temperatura ambiente.
  • Lavamos y cortamos todas las verduras: cebolla, puerro, nabo, patatas y zanahorias.
  • Agregamos a una olla un chorrito de aceite de oliva y comenzamos sofriendo la cebolla y el puerro. Cuando estén blanditos ponemos los guisantes escurridos, el nabo a trocitos, las patatas y las zanahorias a rodajas o en medias lunas. Agregamos una cucharadita de sal rosa y hervimos hasta que estén tiernos los guisantes. Si vemos que se están quedando secos le vamos poniendo más agua, debe quedar con un caldito espeso. Yo los tuve 2 horas a fuego medio-bajo y aún algunos se notaban enteros... pero creo, que la próxima vez los pondré en la olla express, durante unos 20 minutos, después les añadiré las hortalizas (nabo, zanahoria y patata) y herviré unos 15 minutos más, hasta que estén tiernas. 
  • Por último, 5 minutos antes de apagar el fuego, añadimos las salchichas doradas a parte en una sartén, y las dos cucharadas de humo líquido. Probamos de sal, dejamos hervir todo junto unos 5 minutitos más y ya tendremos nuestra sopa.



Servimos con perejil o cebollino fresco por encima. Merecen la pena esas dos horas, pero la próxima, ya os digo que lo haré en olla espress, a ver que tal. Saludos, espero que os haya entusiasmado esta sopa, la probéis y me contéis el resultado. 

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