Ensalada de frutos rojos con vinagreta de mostaza

jueves, 24 de junio de 2021


Hoy vamos a dar la bienvenida al verano como se merece...
No me digáis que esta ensalada no os evoca al estío, el calor, las largas tarde de retozo en la piscina o la playa y el frescor de un buen vaso de limonada a la sombre de las parras... en las horas del atardecer... A mi me inspiró todo esto mientras la preparaba y la comía.

Mi marido me dijo que parecía que se estaba comiendo el postre antes de la comida... ¡jajaja! Pero no es así. Al mezclar las frutas rojas con la suave vinagreta de mostaza la explosión de frescor y sabores estivales en la boca es tal, que te atrapará desde el primer bocado.

Es verdad que no suelo hacer ensaladas con frutas, si acaso, en otoño e invierno, le suelo poner a la ensalada, de vez en cuando, alguna que otra manzana... pero fue una foto similar a esta en Instagram, hace varias semanas, y me antojé, rápidamente, por comerla.

Así que fue dicho y hecho, además, los frutos rojos son mis favoritos del verano, por lo que no tenía excusa para no hacerla. 



Os aseguro que es muy diferente a cualquier ensalada que hayáis probado antes, pero merece mucho la pena, además se prepara en 5 minutos... es muy rápida, fácil y atractiva, ¿no os parece? Os animo a probarla, no os defraudará... y si no te atreves a comerla como ensalada, simplemente, no le añadas la vinagreta y cómetela de postre.

En un día como hoy, que alrededor del mundo se celebra el Solsticio de verano, las hogueras de San Juan y se lanzas petardos, fuegos artificiales y demás artificios con pólvora que asustan a los perritos... 

En una noche como hoy que todos brindan con cava y comen coca de Sant Joan, aquí en Cataluña... yo te propongo empezar la cena con esta jugosa, atractiva y preciosa ensalada que no dejará indiferente a tus invitados... después, que comience la fiesta.

Ingredientes:
Para la ensalada de frutos rojos
- Un trozo de sandía en cubitos de tamaño de un bocado.
- Un puñado de fresas.
- Un puñado de cerezas.
- Un puñado de frambuesas.
- Un puñado de arándanos.
- Unas hojitas de menta de mis macetas.
- Unas hojitas de perejil de mis macetas.
Para la vinagreta de mostaza de Dijon
- Zumo de un limón.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sirope de ágave o miel.
- 1 cucharada sopera de mostaza de Dijon.
- Sal y pimienta al gusto.

Preparación:
  • LAVAR todas las frutas y secarlas.
  • CORTAR la sandía en trozos del tamaño de un bocado, sin la cáscara.
  • CORTAR las cerezas a la mitad y sacarles el hueso.
  • DISTRIBUIR las frutas en un plato grande o una fuente bonita.
  • COLOCAR las hojas de mente y perejil sobre la fruta de modo decorativo.
  • MEZCLAR los ingredientes de la vinagreta en un frasco de vidrio.
  • AGITAR el frasco para emulsionar la vinagreta.
  • ALIÑAR justo antes de servir la ensalada.


¿Qué os parece la receta de hoy? ¿Os animáis a probarla?



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Albóndigas veganas de proteína de guisante y manzana a la pasta de curry Massaman

jueves, 17 de junio de 2021


La inspiración te puede llegar de cualquier lado... pero cuando visitas blogs tan ricos como el de mi amiga Lola, te aseguro que entonces ya tienes que probar, algún día, alguna receta sí o sí.

Vi estas albóndigas en el blog de Lola y no me pude resistir a hacerlas a mi estilo vegetariano. Lola es una persona sincera, inteligente y sencilla en su forma de cocinar, pero con ese toque de cocina casera y "de madre", que solo quién lo es, sabe a lo que me refiero.

Yo vi sus albóndigas y las traje a mi terreno, usándolas de inspiración, pues su sencillez me resultó abrumadora. He "complicado" un poco más la receta, es decir, le ha añadido algo más de ingredientes, para hacerla más de mi estilo y, además, para usar una pasta de curry tailandés que compré en el Lidl hacía poco.

Así, la ocasión me permitía dedicarle esta receta a Lola y, también, poder usar esa pasta de curry Massaman, que estaba deseando probar. El sabor y el aroma de este curry me ha sorprendido, pues en boca es suave y untuoso, para nada picante y muy agradable.

Hacía tiempo, por otra parte, que tenía pensado hacer la receta, veganizada, del curry massaman, pero estaba esperando que llegara el otoño, al ser un plato más calentito y reconfortante, que ahora no apetecen para nada... os prometo que para octubre quizás os haga esa receta. De momento, nos quedamos con estas albóndigas, más ligeras, y muy apetecibles en cualquier época del año, ¿a que sí?



Este plato quedó increíble, a pesar de que se me fue un pelín la mano en el aceite... (es lo que pasa cuando estás cocinando y haciendo otras cosas a la vez). Aún así, como os digo, quedó buenísimo, tanto que estoy deseando repetirlo. Os animo a probarlo y a visitar el blog de Lola. 



Ingredientes:
Para las albóndigas
- 125 gr de proteína de guisantes texturizada (también puede ser de soja).
- 1 cebolla pequeña.
- 2 dientes de ajo.
- Un manojito de perejil.
- 1 manzana rallada.
- Sal rosa del Himalaya.
- 16 cucharadas de avena (aproximadamente).
Para la salsa
- 1 cebolla.
- 1/2 pimiento rojo.
- 1 pimiento verde tipo italiano.
- 1 calabacín mediano.
- 1 cucharada sopera colmada de pasta de curry Massaman.
- 1 lata de leche de coco (400 ml.).
- Aceite de coco y sal rosa del Himalaya.
Guarnición
- Acompañar con arroz basmati.
- Decorar con hojas de perejil o cilantro fresco.
- Agregar zumo de limón al gusto, justo en el plato.

Preparación:
  • HIDRATAR la proteína de guisantes durante 15 minutos en agua caliente.
  • ESCURRIR muy bien con un colador y presionando la proteína para que pierda toda el agua posible.
  • En el procesador de alimentos o picadora, PICAR, la cebolla, los ajos, el perejil y la manzana, hasta que queden en trocitos muy pequeños, pero no triturados del todo. Debe quedar con textura.
  • En un bol grande, MEZCLAR la proteína de guisantes con los vegetales triturados, la sal e ir agregando copos de avena hasta obtener una masa compacta, peor no seca.
  • DEJAR reposar 30 minutos.
  • FORMAR las albóndigas, pasarlas por pan rallado y freírlas con aceite de oliva.
  • Mientras reposa la masa de albóndigas, podemos ir preparando la salsa de curry.
  • CORTAR en brunoise muy menuda la cebolla, los pimientos y el calabacín.
  • SOFREIR las verduritas en una sartén con un poco de aceite de coco u oliva.
  • Cuando estén pochadas añadir la leche de coco, la pasta de curry, remover bien para mezclar todo y probar de sal.
  • RECTIFICAR si es necesario de sal o algún otro condimento.
  • HERVIR la salsa unos 10 minutos a fuego lento, removiendo de vez en cuando y apartar.
NOTA IMPORTANTE: os recomiendo no usar mucho aceite en esta receta, solo lo mínimo imprescindible para que las verduritas no se peguen a la sartén. A mi se me fue la mano... como podréis comprobar en las fotos, donde se ve una fina capa de aceite flotando sobre la leche de coco... en fin, son cosas que pasan cuando estás cocinando y haciendo más de una cosa a la vez...



Como os digo... creo que esta va a ser la última receta caliente de la temporada, hasta el próximo otoño. A partir de ahora todo serán recetas fresquitas que es lo que apetece, hidrata y da vigor en estas fechas.
Nos vemos la semana que viene.


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Germinados + ensalada de primavera

jueves, 10 de junio de 2021




Uy... ¡Cuánto tiempo llevo con ganas de contaros algo sobre los germinados! Prácticamente, desde que empecé con el blog... pero nunca veía la ocasión, hasta que esta semana me he armado de algo de tiempo, valor y ganas para escribir este post y ¡aquí está! 

¡Ta-cham! Por fin os voy a hablar un poquito de mi experiencia con los germinados.

Como creo que la mayoría de todos vosotros, el primer contacto que tuve con los germinados o, mejor dicho, brotes, fue en el colegio. Cuando la maestra nos pedía que lleváramos un puñado de lentejas a clase y con algodón húmedo y agua las hacíamos germinar en vasitos de plástico blanco, ¿os acordáis? Todo un juego de niños... Pero creo que ninguno de nosotros nos comimos nunca aquellos brotes... pues ni sabíamos que eran tan beneficiosos para nuestra salud.

Más tarde, con el paso de los años y, sobre todo al hacerme vegetariana, empecé a escuchar aquello de las maravillas de los germinados y brotes y todas las bondades que tenían para nuestro cuerpo... por eso, empecé a comprarlos y, un poco más tarde a cultivarlos, yo misma en casa. Pues es lo más simple, fácil y fascinante del mundo. Ver la vida surgir de una semillita o legumbre, tan frágil pero cargada de energía y nutrientes para nuestra salud, es lo mejor que puedes hacer en tu cocina.

Sus beneficios para la salud son notables. Su consumo regular regenera la flora intestinal y mejora la digestión. Son reconstituyentes, remineralizantes y desintoxicantes, estimulan el metabolismo y los jugos pancreáticos, fortalecen las defensas y apenas aportan calorías.

También resultan depuradores del organismo, potenciadores de la producción de leche materna y reguladores del sistema endocrino. Además, incrementan el tono muscular, disminuyen el meteorismo... y tienen probados efectos rejuvenecedores.

¿No te parecen, éstas, buenas razones para incluirlos en tu dieta?




Además, la editorial Ediciones Obelisco,  me regaló hace unos años este librito, titulado... BROTES TIERNOS en el que, a parte de un montón de información sobre los brotes y semillas germinadas, nos dan 20 buenas razones para hacer germinados en nuestra propia casa, de las que te hago un listado a continuación:
  1. Es un método simple que está al alcance de todos (casi un juego de niños).
  2. Se requiere poco material y es muy económico.
  3. Se requiere un trabajo mínimo y poco esfuerzo.
  4. La única necesidad: dedicarles 5 minutos a la mañana y otros 5 a la noche para enjuagar las semillas.
  5. No ocupan prácticamente espacio: un alféizar, un fregadero, una estantería o la encimera de tu cocina.
  6. Con una germinadora podemos multiplicar la variedad de cultivos.
  7. Este jardincito puede instalarse en cualquier lugar de la casa, tanto interior como exterior.
  8. Si te vas de camping puedes seguir haciendo tus brotes: atando un trozo de algodón en un saco de rejilla en uno de los extremos de tu tienda y acordarte de humedecerlo dos veces al día.
  9. No tiene problemas de suelo, malas hierbas, insectos ni de clima o estaciones, eso sí, quizá en invierno tarden un poquito más en brotar tus semillas que en verano.
  10. La recolección es rápida y regular, de 1 a 10 días en general, según la semilla y la longitud deseada de los brotes.
  11. Los productos obtenidos son completamente ecológicos: ni abonos, ni pesticidas ni insecticidas.
  12. Al haber una gran cantidad y variedad de semillas en el mercado, puedes diversificar los cultivos.
  13. Fácil conservación y almacenamiento, solo tienes que mantener los brotes lejos de la humedad y de la luz directa del sol.
  14. Transporte fácil, pues las semillas no pesan ni ocupan espacio.
  15. No hay pérdida nutricional en el proceso de recolección y consumo, pues van directamente de la germinadora al plato.
  16. Preparación rápida: no es necesaria ninguna cocción.
  17. Salen baratísimos, pues por ejemplo, de 1 kg de avena se obtienen 6 kg de brotes tiernos.
  18. Ningún gasto energético, pues se consumen crudos.
  19. Contacto con la naturaleza: muy importante para los urbanitas, que pueden gozar de un pequeño y precioso jardín interior.
  20. Finalmente, cabe destacar que las semillas germinadas son bonitas y cada día se uede observar cómo se van desarrollando.

La mejor forma, después de mi experiencia de hacer germinados o mejor dicho, para iniciarse a hacer germinados en casa, es con un bote, una gasa y una gomilla... y agua fresca y limpia diaria, para refrescar nuestras semillas. Eso es lo más simple y efectivo que he experimentado... después, si te convencen, si te gustan y si los haces muy asiduamente, como es mi caso, te puedo aconsejar que te compres algún germinador, ya sea como el mío o como algún otro de los muchos modelos que existen en el mercado.

El modelo que yo uso va genial, es práctico e higiénico... el único inconveniente es que según que semillas, a veces, pueden quedar restos de agua (que no se drenan bien en las bandejas) y tienes que estar atento para quitarla tú mismo. Así no se te estropearán tus germinados por exceso de humedad.

Te animo a hacer tus propios brotes y germinados son muy saludables, económicos y te ayudan a transformar cualquier plato, de normalito en excepcional. Como esta ensalada que te enseño hoy, todo una combinación que bien podría comerse como plato único.




Cómo hacer germinados en casa 

PASO 1
  • En un bote limpio, como ves en la imagen, coloca varias cucharadas de semillas, las que tu quieras, y déjalas remojando con agua filtrada, mejor si no es directa del grifo (que suele tener cloro), como mínimo 5 horas (yo las suelo dejar toda la noche).



PASO 2
  • A la mañana siguiente, descarta el agua de remojo y pon la gasa ajustada con la goma en la boca del bote. Deja el bote drenando el exceso de agua. Las semillas deben estar siempre húmedas, pero no encharcadas, pues se pueden llegar  a pudrir o crear mohos indeseados. 




PASO 3 
  • Puedes usar agua del grifo, como ves en la imagen, o filtrada (yo siempre uso filtrada) para enjuagar las semillas, dos veces al día, por la mañana (antes de irte al trabajo) y por la noche (antes de irte a la cama, como hago yo). Si ves que a media tarde, las semillas se ven algo secas, pues hace mucho calor en el lugar donde vives, te recomiendo que le des otro enjuagado y drenado, por la tarde. Sobre todo ahora que se acercan los calores del verano. 
  • Siempre deja escurrir bien el bote, en un ángulo de unos 45 º para que drene el exceso de agua y no se te estropeen tus brotes.
  • Deja el bote en un lugar que no le de la luz directa del sol.




PASO 4 
  • En 4 o 5 días tendrás unos brotes prefectos para consumir. Dependiendo de las semillas que hayas usado.
  • Lávalas muy bien y escurre el exceso de agua sobre varios papeles absorbentes de cocina.
  • Guárdalas en el frigorífico, en un tupper de cristal hermético, con papel absorbente en el fondo y ve retirando cada día las que vayas a consumir. Te durarán de una semana a 10 días, dependiendo de las semillas que hayas germinado.




Ensalada de primavera con germinados hechos en casa



Ingredientes:
- Lechuga hoja de roble (lavada y centrifugada). 
- Zanahoria rallada (lavada y seca).
- Brotes de lentejas marrones ecológicas, hechos en casa.
- Brotes de trigo sarraceno, hechos en casa.
- Pipas de girasol.
- Pistachos.
- Arándanos secos (hidratados al menos 1/2 hora).
- Semillas de cáñamo.
- Semillas de chía.
- Sésamo blanco.
- Sésamo negro.
- Sal con flor de Hibisco y romero (es la que yo tenía, pero puede ser cualquier sal).

Aliño
- Zumo de naranja.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Toque de mostaza de Dijon.
- Sal rosa del Himalaya.
- Toque de curry en polvo.

Preparación:
  • COLOCAR los ingredientes en un bol, ya sea grande o individual. En este orden: hojas, zanahoria rallada, brotes, semillas y frutos secos.
  • REGAR con el aliño y disfrutar.


Y tú ¿sueles comer germinados? ¿Te has atrevido alguna vez a prepararlos tu mismo? ¿Te llama la atención "cultivar" tu propia comida en tu cocina? ¿Te ha parecido interesante mi post de hoy?
Cuéntame, ya sabes que te leo y te respondo.
Gracias.



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Bizcochitos veganos para el mate

jueves, 3 de junio de 2021



Hace dos semanas viajamos a Ecuador, la semana pasada a Italia y esta semana nos vamos a Argentina...
Esa es la magia que tiene la comida, que puedes viajar a través del mundo sin moverte de tu casa. Solo cerrando los ojos y dejando que los olores, sabores y texturas te transporten, imaginariamente, al lugar de origen del plato que estés comiendo, que gran maravilla, ¿no os parece? 




En mi día a día intento comer variado y, sobre todo, para mostraros en el blog, mis recetas intento que sean atractivas, factibles y deliciosas. Espero conseguirlo, dejádmelo saber en los comentarios, por favor, ¿Qué os gustaría que os cocinara en versión vegana o vegetariana? Así me dais ideas para seguir publicando contenido diferente y divertido.

Ya sabéis que la cocina argentina es una de mis grandes pasiones, y siempre la traigo, una y otra vez a mi blog, al igual que el mate, ¡que adoro! Todo su ritual, el compartir y los buenos momentos que se pasan alrededor del termo, el mate, la bombilla, la yerba, la forma de cebar el agua... son irremplazables. 

Desde que comenzó el Covid 19, cada uno debe usar su propio mate, por razones obvias de higiene y sanitarias; pero eso no es problema para poder disfrutar de esta bebida tan sugerente y popular entre los argentinos. 

Otro tema es todos aquellos bocados, tanto salados como dulces, que se pueden llegar a preparar para acompañar el mate. Tanto es así que existe un hashtag, o más de uno, dedicado a ello #paraelmate 

Así que #paraelmate traigo hoy estos bizcochitos, o panecillos/galletitas saladas como las llamaríamos aquí. 

Estos bizcochitos son muy sabrosos, populares y rápidos de hacer y, normalmente, en Argentina los preparan con grasa de vaca, de ahí su nombre original: "bizcochito de grasa". Pero yo, lógicamente, que no consumo este tipo de grasa, además aquí en España tampoco se encuentra, (solo la manteca de cerdo, que no es igual), opté por hacer una versión vegana, más ligera aunque igual o más sabrosa, si cabe, que la original, y para ello me guie por varias recetas que vi por la red. 



Ingredientes:
- 250 gr de harina blanca de trigo ecológico.
- 50 gr de margarina vegana.
- 50 gr de aceite de coco sólido.
- 1 1/2 cucharadita de sal rosa del Himalaya.
- 10 gr de levadura fresca.
- 65 ml de agua tibia.
- 1 cucharadita de azúcar.

Preparación:
  • MEZCLAR en un bol pequeño, la levadura frescas o seca, con una cucharadita de azúcar y el agua tibia. 
  • TAPAR con film transparente y dejar "esponjar" unos 10 o 15 minutos.
  • MEZCLAR en un bol grande, la harina con la sal.
  • AGREGAR la margarina, el aceite de coco y mezclar con las manos hasta conseguir una especie de arenado.
  • AÑADIR la "esponja" de levadura que estará bien espumosa.
  • AMASAR hasta conseguir una masa lisa, suave y elástica. 
  • EXTIRAR con un rodillo, en forma más o menos rectangular, ayudarnos con un poco de harina o maicena e ir doblando haciendo capas, doblando y estirando la masa varias veces. Esto lo hacemos para lograr un efecto de "hojaldre" en los bizcochitos.
  • CORTAR con cuchillo o con cortador de galletas.
  • UNIR los restos y seguir cortando, hasta acabar la masa.
  • PINCHAR con un tenedor cada bizcochito dos o tres veces.
  • HORNEAR en horno precalentado, a 200 º C, durante 20 minutos. 
  • Deben verse dorados por la base y medio blanquitos por encima.



Disfruta estos bizcochitos de pan solo o con dulce de leche, mermelada o margarina vegana y como siempre unos buenos mates y muy buena compañía. Espero que los hagas... y si no tomas mate, pues disfrútalos, con un té, infusión o lo que más te guste. ¡Ahh... por cierto, si quieres ver otra versión con mucha más fibra, con harina integral y con semillas, de estos bizcochitos... no tienes más que ir a mi otra receta.

Nos vemos la semana que viene.

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