Albóndigas de alubias blancas con guarnición

jueves, 29 de noviembre de 2018



Come legumbres, de forma distinta... no me canso de repetírtelo, ya verás qué de recetas diferentes, saludables y deliciosas encuentras en el índice de mi blog. Las legumbres son tan saludables que deberíamos comerlas prácticamente todos los días, si somos veganos o vegetarianos. Además, en la actualidad, se ha avanzado tanto en las técnicas de cocina, que ya no es imprescindible que las comas en forma de cocido y con cuchara, si te apetece también puedes comerlas con tenedor y en forma de albóndigas, como hoy te las presento.

Es tan fácil como tener unas alubias (rojas o blancas), unos garbanzos, unas lentejas... o soja blanca, por ejemplo; machacarlas, mezclarlas con unas verduritas, un poco de cereal o con lo que más te guste, ponerles una buena sazón... y listo!! Ya tienes albóndigas o hamburguesas veganas o vegetarianas en menos de dos segundos... en fin, que de lo que se trata es de echarle imaginación y ganas al asunto... y comida resuelta.


Yo no me complico la vida. En mi despensa había un bote alubias blancas, que seguramente alguna vez compré con intención de hacer otra receta, pero que poco a poco se fue quedando en segundo lugar, cada vez más atrás en la estantería... hasta que el otro día hice un poco de limpieza e inventario de lo que tenía y aparecieron estas alubias, pobrecitas, a punto de caducar, así que se convirtieron, en pocos minutos, en estas ricas albóndigas que te voy a enseñar ahora mismo.

Antes de que comience la vorágine de preparativos navideños, es momento de seguir comiendo fácil, rico y saludable todos los días, no hay que descuidarse... que después llegarán los excesos, así que hoy, agarra ese bote de alubias, que tienes en tu despensa desde hace tiempo, muerto de risa, y ponte el delantal que vamos a preparar estas ricas albóndigas... venga, vamos que nos pilla el toro...

Ingredientes:
- 1 bote de alubias blancas cocidas.
- 1 taza de arroz blanco o integral cocido.
- Un buen puñado de nueces trituradas.
- Un buen puñado de tomates secos.
- 1/2 cebolla y 3 dientes de ajos rehogados.
- Un par de cucharadas de hierbas provenzales.
- Un par de cucharadas de salsa de soja (opcional).
- 1 cucharadita de sal, pimienta negra al gusto.
- Aceite de oliva para freir.
- Harina de avena o fécula de maíz para unir la mezcla.

Guarnición:
- Un buen puñado de judías verdes cocidas salteadas con cebolla, ajo y más hierbas provenzales.
- Salsa de tomate frito (esta vez fue en conserva... no tuve tiempo de hacerla).

Preparación:
  • Escurrimos y lavamos bine el bote de alubias blancas. Las depositamos en un bol grande y las trituramos, groseramente, con un tenedor o prensa-puré para que queden como una pasta, aunque a mí, personalmente, me gusta que siempre quede alguna entera y no sea como una papilla. 
  • A continuación, agregamos una taza de arroz hervido y frío. A ésto, le añadimos un puñado de nueces y un puñado de tomates secos triturados en la picadora. También podéis dejar algún trocito más grande, para dar textura a la masa. Ponemos también la cebolla y los ajos rehogados.
  • Por último, unimos todo con las especias, la salsa de soja y la sal y la pimienta si la usáis. Para amalgamar un poco la masa y que se puedan formar las albóndigas (o hamburguesas, si os gustan más) podéis usar alguna fécula de maíz (tipo Maizena) o unos copos de avena que siempre vienen bien para este tipo de masas. Con 2 o 3 cucharadas soperas será suficiente. Es mejor que pongáis, por ejemplo, 3 cucharadas y dejéis reposar la masa como media hora, para que se absorba bien la humedad y ya la tendréis lista, esto es lo que yo hago siempre.
  • Una vez reposada la masa, nos embadurnamos las manos con aceite y formamos las albóndigas. Las podéis hacer al horno, unos 20 minutos, dándoles las vuela a mitad de la cocción, a 180º C. O fritas con aceite de oliva, yo las hice fritas, pasándolas antes por harina integral de trigo; pues al horno, para mi gusto quedan muy secas.
  • Como acompañamiento hice unas judías verdes hervidas, las saltée con unos ajos y cebolla en cuadraditos, y por último, añadía una salsa de tomate. Esta fue una comida rápida, como yo digo, así que usé la salsa envasada...  ¡¡por favor, no me matéis!!


El plato quedó muy rico y ligero, además de vistoso, por eso le hice unas fotitos para mostrároslo.
Espero que os guste, que lo hagáis en alguna ocasión y  nos vemos la semana que viene. Hasta entonces, sed felices.


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Curry de garbanzos, calabaza y brócoli

jueves, 22 de noviembre de 2018




Estoy fascinada por los currys... ¡cuántas ganas tenía de hacer uno para contaros la receta! Son tan fáciles, versátiles y deliciosos, sobre todo si los dejas reposar de un día para otro, que no te podrás resistir. 

El curry, en la India, designa tres conceptos diferentes. Con la palabra "curry" podemos designar a este guiso especiado que hoy te enseño; en segundo lugar, podemos designar al polvo de curry que forma parte de una mezcla de especias india (también llamada masala), y por último, también hay un árbol en la India al que se le llama curry, así como a sus hojas. En fin, que el curry se ha convertido en un ingrediente universal que está presente en prácticamente todas nuestras cocinas y que solemos utilizar como condimento, casi a diario, según cuánto nos guste... Yo lo uso bastante, pues estoy, como te dije, fascinada con este sabor y con este plato, tipo guiso o estofado que es tan completo y apetecible.

Un buen estofado o curry indio siempre comienza con el ghee (mantequilla clarificada) fundiéndose en el fondo de la olla, a la que vamos añadiendo especias progresivamente, para que se vayan tostando ligeramente y vayan despidiendo su agradable aroma. Este es un paso fundamental, que nunca debes saltarte... por rápido que quieras llegar a cocinar tu curry, pues es básico dejar que las semillas y especias que uses crispeen en la sartén o la olla para que desprendan todo sus aromas, sabor y propiedades (en muchos casos medicinales).

Yo, personalmente, no lo hice con ghee, pues no tengo costumbre de comprarlo, aunque no descarto hacerlo en casa algún día; así que usé un buen aceite de coco virgen extra, que aportó un buen sabor y aroma extra a la preparación. Pero si no tienes aceite de coco, no desfallezcas, que también lo puedes hacer con tu aceite de oliva tradicional. 


El curry es tan versátil porque puedes elegir cualquier verdura que tengas en tu nevera, además de cualquier legumbre (garbanzo, lenteja, soja blanca, soja verde, alubias...), obteniendo así un plato contundente, muy sabroso y lleno de nutriente que te dejará saciado toda la tarde, hasta la hora de la cena. Lo que si te digo que no puede faltar, además de las especias, las que tú quieras, las que te gusten o las que tengas en casa... es la leche de coco, que aportará una cremosidad insuperable a tu plato y hará que sea aún más apetecible, si cabe. Otro ingrediente también inseparable, de tu curry, será el arroz basmati; aunque yo en este caso como no tenía suficiente... tuve que echar arroz redondo normal, que no quedó tan apetecible, pero que aún así se dejaba comer.

Ahora sí, solo nos queda ponernos el delantal y a cocinar...

Ingredientes:
- 1 bote de garbanzos cocidos.
- 4 dientes de ajo.
- 1 cebolla blanca.
- Un trozo de jengibre fresco.
- 1 cabeza de brócoli.
- Un buen trozo de calabaza.
- 1 lata de leche de coco.
- 1 1/2 lata de agua.
Especias (de todo una cucharadita): cúrcuma en polvo, mezcla de curry en polvo, comino en polvo o en grano, pimentón dulce, coriandro en grano o en polvo y mostaza en grano o en polvo (la mía era amarilla en grano y la pasé por un mortero).
- Aceite de coco y sal rosa del Himalaya.
- Opcional, unas gotas de zumo de limón para servir.
- 1 taza de arroz y dos tazas de agua (para el acompañamiento).

Preparación:
  • En primer lugar, ponemos una olla grande al fuego con 3 cucharadas de aceite de coco. Agregamos los ajos prensados o picados, la cebolla picada en cubitos chicos y el jengibre fresco rallado. Cuando empiece a tomar un color doradito, pero sin que llegue a quemarse, añadiremos todas las especias y el cubo de caldo vegetal. Damos unas vueltas para que suelten su aroma y sus aceites esenciales.
  • Ahora es el momento de poner la calabaza y brócoli lavados y cortados en trocitos pequeños. También pondremos los garbanzos bien lavados y escurridos. 
  • Agregamos la leche de coco, el agua y damos un par de vueltas. Dejamos hervir todo junto, a fuego medio-bajo, durante unos 15 o 10 minutos, hasta que la calabaza y el brócoli estén tiernas. Ajustamos de sal y ya estará listo nuestro curry.
  • A parte, en otra ollita, pondremos a cocer una taza de arroz largo o basmati por dos de agua y un poco de sal, durante unos 15 minutitos y ya estará, así mismo, nuestro acompañamiento.


Este plato me encanta y lo suelo hacer muchas veces cambiando las verduras: por ejemplo, también le pongo boniato y patata, o berenjena, o calabacín, o espinacas frescas, o tomate y coliflor, etc. Es solo cuestión de dejar volar tu imaginación... 

Deseo que te haya gustado y nos vemos la semana que viene... hasta entonces, se feliz... 

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Vegan Mac & cheese

jueves, 15 de noviembre de 2018




Si pones el título de esta receta en Google, te saldrán mil y una formas de hacerla... así que, yo, picoteando un poco de aquí y un poco de allí he preparado mi versión... a ver qué os parece.

La salsa es muy cremosa, ligera, aromática y no tiene colesterol, así que si estás intentando bajarlo, ésta es tu receta. Los macarrones con queso o Mac 'n' cheese en inglés, es una de esas recetas que se consideran en Estados Unidos como comfort food o comida reconfortante casera, pero ha llegado a popularizarse tanto, en las últimas décadas, que ya en casi todos los supermercados la encuentras entre los platos precocinados más populares. Reconozco que los originales, o una versión aproximada, que también he preparado alguna vez en casa, están de muerte... pero aquí he querido mostraros una versión más saludable y súper fácil de hacer para que no os compliquéis la vida y podáis disfrutar en pocos minutos de un rico plato de pasta.



Ingredientes:
- 250 gr de macarrones.
- 300 gr de calabaza.
- 2 dientes de ajo.
- 1/4 de cebolla.
- 1/2 taza de agua de hervir la calabaza.
- 1/4 taza de levadura de cerveza en copos.
- 1 cucharadita de salsa de soja.
- 1 cucharadita de sal rosa del Himalaya.
- 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
- 1 o 2 cucharadas de tomate frito casero (opcional).
- Un toque de pimienta negra recién molida.
- Un puñadito de semillas para decorar. Además de unas hojas de menta. 

Preparación:
  • Es tan fácil como poner a hervir tu pasta el tiempo que indique el fabricante.
  • A la vez, en otra olla, pondrás a hervir con dos dedos de agua la calabaza, lavada, pelada y cortada en cubitos, junto con los dientes de ajo pelados y el trozo de cebolla. Hierve hasta que éste tierna la calabaza, serán unos 15 minutos, más o menos. No tires el agua de la cocción. Usaremos de 1/2 taza a una 1 taza para hacer la salsa.
  • A continuación, escurre los macarrones, agrégales un hilo de aceite de oliva y reserva unos instantes. El tiempo justo para poner las verduras (calabaza, ajo y cebolla) en el vaso de la batidora y agregarle el resto de los ingredientes. Batimos, entonces, hasta que todo esté integrado y consigamos una salsa suave, algo consistente (dependiendo de la cantidad de agua de cocción que hayas usado) y muy aromática.
  • Mezcla con la pasta, espolvorea con unas semillas, a tu gusto y puedes gratinar 2 minutos en el horno... o no. Como prefieras. 


ESTO NO SON MACARRONES CON QUESO... PERO LO PARECEN Y ESTÁN MUY BUENOS, ¿TÚ QUE OPINAS?

Recuerda que al ser un plato tan sencillo, cuanta más calidad tenga tu pasta, más rica estará... yo usé macarrones normales, pero con los integrales queda también fantástico. Espero que te haya entusiasmado mi receta, que te atrevas a prepararla y que me cuentes qué tal te ha ido. Hasta entonces, nos seguimos leyendo amig@!!!


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Pan rústico de remolacha

jueves, 8 de noviembre de 2018



Con lo frío que está siendo este otoño, no me digáis que no apetece ponerse a hacer pan y repostería a todas horas... ya sé que ésta es una afirmación retórica, pues no hay más que ver la blogosfera para ver como nuestros hornos y cocinas no paran de funcionar, sacando a nuestras mesas manjares a diario de lo más pintorescos, aromáticos, ricos y otoñales.

Hacia mucho tiempo que no publicaba una receta de pan y me apetecía mucho. Pues amasar me fascina, me relaja y me inspira;  y más el olor del pan recién horneado, eso no tiene punto de comparación con nada, es alucinante. Y engancha. No es que no haya hecho algún que otro pan en todo este tiempo... sino que no me parecían interesantes para publicarlos, hasta que hice éste con harina de espelta, semolina y remolacha. Su miga, ya la veis, es esponjosa (casi como si se tratara de un bizcocho), es suave, es tierno, es aromático y muy, muy jugoso y sabroso. Es uno de los mejores panes que he probado en mucho tiempo... La receta salió, en serio, sobre la marcha. Reconstruyendo varias recetas de pan que ya tengo publicadas en el blog y lanzándome a la piscina probando a mezclar varios restos de harinas y sémolas que tenía en la despensa y había que acabarlos, sí o sí.

La excusa perfecta para hacer este pan la tuvo un botecito de mermelada de pétalos de rosa, una mermelada gourmet, que me regaló mi querida amiga Iolanda. Ella me dijo que es una delicatessen rumana, pues es de este país y estoy segura de que lo es, pues está deliciosa, es fresca, aromática, y para nada empalagosa, al contrario es dulce en la justa medida y te deja un sabor muy agradable en el paladar al comerla, acompañando este rico pan.

Nunca había probado el pan de remolacha, y qué queréis que os dicha... se ha convertido en mi favorito, con diferencia y llevando la delantera con muchos otros. Os animo a probarlo, que os va a encantar. Es el pan perfecto para desayunar el fin de semana, sin prisas, con una buena margarina o mantequilla y su mermelada correspondiente. Mmmm... solo de pensarlo se me hace la boca agua.




Es una tarea muy gratificante y agradecida el amasar y hornear tu propio pan, así que si aún no lo has intentado, te aconsejo que lo hagas cuanto antes. No te arrepentirás. ¿Qué, te animas a meter las manos en la masa? Pues vamos a ello.



Ingredientes:
- 300 gr de harina de fuerza.
- 200 gr de harina de espelta.
- 100 gr de sémolina (sémola de trigo duro).
- 315 ml de agua templada.
- 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
- 1 sobre de levadura para pan (instantánea, 7 gr).
- 1 cucharadita de azúcar integral de caña o azúcar de coco.
- 1 cucharada de sal rosa del Himalaya.
- 1 remolacha mediana fresca, rallada.

Preparación:
  • En un bol grande mezclamos la harina de fuerza y la harina de espelta, tamizadas, con la sal.
  • En una taza grande mezclamos el agua, el azúcar y la levadura instantánea.
  • Hacemos un hueco en el centro de las harinas y al rededor colocamos la remolacha rallada. En el centro vertemos el líquido y las dos cucharadas de aceite de oliva. Comenzamos a mezclar con un tenedor de dentro hacia a fuera, hasta lograr integrar todo. 
  • Vertemos la pasta en la encimera espolvoreada con la semolina y vamos amasando hasta integrarla por completo. De 5' a 10'. 
  • A continuación, devolvemos la masa al bol, previamente engrasado con aceite de oliva, y lo tapamos con un film transparente. Dejamos leudar por dos horas, en un cálido y fueras de las corrientes de aire. Yo lo pongo dentro del horno, solo con la luz encendida.
  • Sacamos el bol, del horno, una vez pasadas las dos horas y lo encendemos, para precalentarlos a 180º C. 
  • Mientras se caliente el horno, desgasificamos la masa y la dividimos en dos, si queremos hacer dos panes. Yo los puse en dos moldes metálicos, tipo bol, para darles forma redonda, pero lo podemos hacer, perfectamente sin molde. Solo dándoles forma redonda y dándole un corte en cruz en el centro. Pintamos con agua y espolvoreamos con harina de fuerza o de espelta por encima.
  • Llevamos al horno y horneamos durante 35' a 40';  5' a 200ºC y el resto del tiempo a 180ºC, hasta que estén dorados y al golpearlos por la parte inferior suenen a hueco.


Me despido, deseando dar un buen mordisco a esta rico pan y nos vemos la semana que viene... hasta entonces, sed felices, y cocinad para los que más os quieren.

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Salteado de seitán al sirope de arce con tubérculos asados

jueves, 1 de noviembre de 2018




Esta receta es tan sencilla que no me decidía a publicarla en el blog. Es una de esas recetas que haces, cuando tienes que gastar algo de la despensa sí o sí, y que resulta quedar exquisita, sin haberlo planeado.

Hace años que uso el seitán coreano de la marca Granovita, digo la marca, no porque me paguen por ello; sino porque me ha dado siempre muy buenos resultados, y porque no conozco ninguna otra marca que lo comercialice. Es un producto vegetal, de muy buena calidad y que para los veganos o vegetarianos, como yo, usarlo o tenerlo a mano de vez en cuando para hacer este tipo de recetas, te puede sacar de muchos apuros y tener un plato saludable, completo y exquisito en muy poco tiempo. 


En otoño, empieza mi temporada de asar tubérculos y verduras al horno, es algo que me apasiona. Ya os he dado alguna que otra idea en el blog, como esta increíble ensalada de invierno, o este buddha bowl de verduras asadas. Si no estáis habituadas a hacerlas, os propongo que lo intentéis esta misma semana, porque quedan riquísimas, son muy fáciles de hacer y de guardar, bien tapadas, en un tupper para tenerlas a mano en el frigorífico, y así poder preparar una estupenda comida o cena, rápida, además de saludable cuando llegues a casa, cansadas y después de un largo día de trabajo.

El toquecito dulce, que le aporta el sirope de arce es fantástico, incluso yo diría que le da un gusto ahumado muy agradable y diferente. A veces, me gusta experimentar en mi cocina para ver qué sabor descubro... unas veces sale bien, y os lo muestro, y otras... no sale tan bien y me lo guardo (jajajaja...). No obstante, atrévete a probar sabores y texturas nuevas para hacer de tu día a día más interesante y divertido, ya verás como no te arrepientes.



Ingredientes:
Para el salteado
- 1 lata de seitán coreano (es un tipo de carne vegetal que suelo usar de la marca Granovita). También puedes usar seitán hecho en casa, en el blog te explico varias formas de hacerlo, pero la más fácil y básica es ésta. 
- 1 cebolla.
- 4 dientes de ajo.
- 2 pimientos verdes.
- 2 cucharadas de sirope de arce (si no tienes puedes usar sirope de ágave o miel, ojo que con ésta última la receta ya no se consideraría vegana).
- 1 cucharadita de pimentón dulce o picante de la Vera.
- 1 cucharadita de tomillo seco.
- Aceite de oliva, sal y pimienta al gusto.
- 1 taza de agua filtrada.
- Semillas de sésamo para decorar.

Para los tubérculos asados al horno
- 1/2 kg de patatas de guarnición.
- 3 remolachas frescas.
- Sal, aceite de oliva, tomillo y perejil frescos o secos (yo los puse secos, pero es mucho mejor usarlos frescos, si los tienes).
- Cúrcuma y zumo de 1/2 limón recién exprimido (solo para las patatas).

Preparación:
De los tubérculos asados al horno
  • Lavamos muy bien las patatas de guarnición y las remolachas. Sin pelarlas.
  • Las cortamos en trozos de tamaño similar y las ponemos en dos boles diferentes. 
  • Al bol de las patatas le añadimos, sal, pimienta negra recién molida, pimentón de la Vera, tomillo, perejil, cúrcuma, zumo de limón y aceite de oliva. Todo a tu gusto. Mezclamos y colocamos en una rustidera que pueda ir al horno.
  • Al bol de las remolachas le añadimos, sal, pimienta negra recién molida, tomillo, perejil y aceite de oliva. Mezclamos y colocamos en una rustidera que pueda ir al horno.
  • Metemos ambas bandejas en el horno, precalentado a 180º C, durante unos 25 a 30 minutos.
  • Pinchamos las remolachas y las patatas y si están tiernas por dentro ya estarán listas.
Del salteado de seitán
  • Si usas seitán coreano de lata. Ábrela y escúrrela muy bien en un colador, para desechar el líquido en el que viene envasado. 
  • Cortamos la cebolla, el ajo y el pimiento verde en trocitos y los salteamos en una sartén con aceite de oliva. Cuando estén blandos agregamos la carne vegetal y seguimos salteando hasta dorar.
  • A continuación, agregamos sal, pimentón de la Vera, tomillo y el sirope de arce. Ponemos la taza de agua y la dejamos hervir, hasta que todo esté cocinado y blanco y el líquido se haya evaporado casi por completo y se haya formado una especie de sirope que cubrirá todo el conjunto. Servimos con los tubérculos asados y semillas de sésamo tostado por encima. 


Ya ves qué fácil y rápido es de preparar este plato y lo mejor de todo es que lo puedes preparar el domingo, guardar en tupper de cristal y conservar en el frigorífico, incluso hasta 5 días antes de consumirlo. Así, cuando llegues tarde del trabajo, solo tienes que servir el salteado y los tubérculos en un plato, calentarlos en el microondas (yo no tengo microondas en casa, así que los caliento en una sartén) y tendrás un plato perfecto en menos de 5 minutos. 

Bueno, espero que lo prepares y que me cuentes si conoces el seitan, o si también, como yo, eres de asar verduras al horno para tener a mano cuando te hagan falta... Nos vemos la semana que viene, hasta entonces, sed felices y disfrutad preparando platos sencillos para el día a día.

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