Definitivamente, al meterme la primera cucharada de este guiso en la boca, y saborearla lentamente, mi mente, mi paladar y mis recuerdos se transportaron a través del tiempo, a los años de mi infancia, cuando mi madre hacía su guiso de papas con calamares. Su aroma, su textura algo gelatinosa y, sobre todo, su sabor me recordaron casi al 100 % a los años de mi niñez y las comiditas de mamá... Y, ¡Cuánto me gustaba ese guiso, por favor! Yo creo que era de mis preferidos de cuando era chica y comía carne y pescado...
Me gustaba, pero cuando ella lo hacía con calamares en redondelitas... no tanto cuando lo hacía con chocos, que también era otra versión... Ambos llevaban, prácticamente, los mismos ingredientes, pero dependiendo si era calamar o choco, lo que había usado para acompañar a las papas, sabía de una forma u otra y hasta la textura cambiaba, lógicamente.
Es por eso, que siempre recordaba el sabor de aquel guiso de mi madre, pero no porque echara de menos comer calamar, en absoluto, sino por su aroma tan característicos a mar;, y amigos, después de tantos años... siendo vegetariana, creo que lo he conseguido con esta alga.
El cochayuyo chileno se consume desde hace siglos como alimento y remedio popular para ciertos problemas de salud. En Chile es muy normal encontrarlo seco, en los mercados, y en grandes cantidades, pero aquí, en España, lo venden en pequeñas cantidades, normalmente cortado en trozo muy pequeños y como complemento nutricional. Yo lo compré, en mi dietética habitual, porque la vi de oferta y pensé: "Esta es mi oportunidad de probar a hacer mi guiso de papas con calamares... vegetariano, al estilo de mi madre". Así que fue dicho y hecho.
Al hidratar esta alga, comprobamos que tiene una textura más carnosa que otras algas, a las que estamos acostumbrados, se podría decir que su consistencia se asemeja más a una seta, por ejemplo... pero a mí me hizo las veces "de calamar" a la perfección.
El cochayuyo es una fuente de proteínas de muy buena calidad, tiene todos los aminoácidos esenciales y otras muchas propiedades, beneficiosas y medicinales para nuestro cuerpo, que podéis descubrir aquí, en este artículo de la Revista Cuerpo Mente.
En el mar esta alga llega a medir hasta 15 metros y en nuestro plato la podemos consumir de forma cruda, como aperitivo y en ensaladas o cocinada, como he hecho yo hoy. Os animo a probarla, si algún día se os da la ocasión, pues su sabor me ha fascinado por completo y, sé, que no será la última vez que la traiga al blog.
Ingredientes:
- 80 gr de alga cochayuyo en trocitos.
- 4 patatas medianas.
- 1 cebolla.
- 2 dientes de ajo.
- 1/2 pimiento rojo.
- 1 pimiento verde.
- 2 hojas de laurel.
- 1 cucharadita de pimentón dulce de la Vera.
- 1/2 cucharadita de comino molido.
- 1/2 cucharadita de cúrcuma en polvo.
- 1 pastilla de caldo vegetal ecológico.
- Sal rosa del Himalaya.
- Aceite de oliva para hacer el sofrito.
- Agua en cantidad necesaria.
Preparación:
- REHIDRATAR el alga cochayuyo en agua caliente, al menos media hora. Mientras...
- LAVAR y PICAR todas las verduras en brunoise pequeña.
- REHOGAR las verduras en un chorro de aceite de oliva, en una olla grande.
- Cuando las verduras estén tiernas, pero no doradas, AÑADIR las patatas peladas, cascadas y lavadas, dar unas vueltas y AGREGAR los condimentos: laurel, caldo vegetal, pimentón, comino y cúrcuma.
- PONER el alga con el agua de hidratación incluida y un poco de sal.
- AGREGAR más agua, a vuestro gusto, para que el guiso no se quede seco al cocer las patatas.
- COCER a fuego medio-lento, hasta que las patatas y el alga estén tiernas.
- RECTIFICAR de sal y servir.
Sabores sencillos y nutritivos es lo que estoy buscando, cada día más en mi cocina... adaptando la tradición a mi forma de comer vegetariana, como siempre, ya sabéis. Espero que os haya gustado mi guiso de hoy y os animéis a probarlo algún día. Queda genial, no os miento.



