Curry mediterráneo

jueves, 28 de enero de 2021



El invierno se está desarrollando, este año, en todo su esplendor... por decirlo de alguna manera poética. Son muchos las poblaciones y ciudades que están sufriendo, o han sufrido en los últimos días los avatares de la borrasca Filomena, por lo que en nuestras cocinas echamos mano de los platos de cuchara, los más calentitos y reconstituyentes, los que más apetecen con estas bajas temperaturas... y, como bien sabemos y ponemos en práctica, los blogueros... hay que usar lo que hay en el frigorífico y en la despensa; primero, para no desperdiciar nada... y segundo, porque quizás, en nuestra población nos hayamos quedados aislados o desabastecidos por algunos días. En fin, es por eso que hoy os enseño este plato, un plato sencillo, sin pretensiones y que hice con lo que había en casa.

Ya sabéis mi afición por los currys... Guiso a base de legumbres, vegetales, especias y leche de coco. Como os dije en el párrafo anterior, este curry de hoy, surgió con lo que había en el frigorífico y quedó tan rico, que no tuve más que tomarle algunas fotos para mostrároslo, pues es un plato fácil de hacer, ligero, práctico y que te saca de muchos apuros, ya veréis. 

A mi, casi siempre, me gusta acompañarlo con arroz integral, aunque lo normal es ponerle arroz largo, jazmín o basmati. Pero, creo que eso va a gusto de cada uno. 

No sabía muy bien qué nombre ponerle a este curry y, al final, por las imágenes que tomé y las verduras que llevaba se me ocurrió llamarlo, curry mediterráneo. Pues une lo mejor de nuestra dieta y lo mejor de la India, al menos, eso me ha parecido a mí. 

Creo que es un buen plato para el invierno y para poner creatividad, luz y color en nuestro día a día. Os deseo lo mejor para los próximos días y yo, de momento, voy a seguir con mi cocina sana, práctica, sencilla, y vegetariana, ¿os unís a mi?




Ingredientes:
- 1 bloque de tofu al natural.
- 4 dientes de ajo.
- 1 cebolla blanca.
- Un trozo de jengibre fresco.
- 1 calabacín pequeño.
- 1 zanahoria.
- 7 u 8 champiñones Portobello o París.
- 1 lata de leche de coco.
- 1 lata de agua.
Especias (de todo una cucharadita): cúrcuma en polvo, mezcla de curry en polvo, comino en polvo o en grano, pimentón dulce, coriandro en grano o en polvo y mostaza en grano o en polvo (la mía era amarilla en grano y la pasé por un mortero).
- Aceite de oliva y sal rosa del Himalaya.
- Opcional, unas gotas de zumo de limón para servir.
- Arroz integral cocido para acompañar.

Preparación:
  • CALENTAR 3 cucharadas de aceite de oliva en una olla.
  • ECHAR la cebolla, los ajos y el jengibre bien picaditos. Yo usé la picadora eléctica.
  • SOFREIR hasta que empiece a tomar color.
  • AÑADIR todas las especias y dar unas vueltas.
  • PONER las verduras cortadas en juliana (calabacín, zanahoria) y los champiñones en rodajas.
  • SOFREIR unos 5 o 10 minutos.
  • PONER el tofu en cuadraditos. Dar unas vueltas.
  • ECHAR la leche de coco y el agua. 
  • COCER unos 25 o 30 minutos, removiendo de vez en cuando hasta que las verduras estén tiernas y el caldo espeso. 
  • RECTIFICAR de sal, pimienta y si está muy seco agregar algo más de agua al gusto.
  • LIGAR bien la salsa y retirar del fuego.
  • SERVIR acompañado de arroz integral o basmati cocidos.



Gracias por vuestras visitas y comentarios, nos seguimos viendo y leyendo la semana que viene con otra nueva propuesta saludable.


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Guiso de papas con alga cochayuyo

jueves, 21 de enero de 2021




Definitivamente, al meterme la primera cucharada de este guiso en la boca, y saborearla lentamente, mi mente, mi paladar y mis recuerdos se transportaron a través del tiempo, a los años de mi infancia, cuando mi madre hacía su guiso de papas con calamares. Su aroma, su textura algo gelatinosa y, sobre todo, su sabor me recordaron casi al 100 % a los años de mi niñez y las comiditas de mamá... Y, ¡Cuánto me gustaba ese guiso, por favor! Yo creo que era de mis preferidos de cuando era chica y comía carne y pescado... 

Me gustaba, pero cuando ella lo hacía con calamares en redondelitas... no tanto cuando lo hacía con chocos, que también era otra versión... Ambos llevaban, prácticamente, los mismos ingredientes, pero dependiendo si era calamar o choco, lo que había usado para acompañar a las papas, sabía de una forma u otra y hasta la textura cambiaba, lógicamente.

Es por eso, que siempre recordaba el sabor de aquel guiso de mi madre, pero no porque echara de menos comer calamar, en absoluto, sino por su aroma tan característicos a mar;, y amigos, después de tantos años... siendo vegetariana, creo que lo he conseguido con esta alga.





El cochayuyo chileno se consume desde hace siglos como alimento y remedio popular para ciertos problemas de salud. En Chile es muy normal encontrarlo seco, en los mercados, y en grandes cantidades, pero aquí, en España, lo venden en pequeñas cantidades, normalmente cortado en trozo muy pequeños y como complemento nutricional. Yo lo compré, en mi dietética habitual, porque la vi de oferta y pensé: "Esta es mi oportunidad de probar a hacer mi guiso de papas con calamares... vegetariano, al estilo de mi madre". Así que fue dicho y hecho. 

Al hidratar esta alga, comprobamos que tiene una textura más carnosa que otras algas, a las que estamos acostumbrados, se podría decir que su consistencia se asemeja más a una seta, por ejemplo... pero a mí me hizo las veces "de calamar" a la perfección.

El cochayuyo es una fuente de proteínas de muy buena calidad, tiene todos los aminoácidos esenciales y otras muchas propiedades, beneficiosas y medicinales para nuestro cuerpo, que podéis descubrir aquí, en este artículo de la Revista Cuerpo Mente.

En el mar esta alga llega a medir hasta 15 metros y en nuestro plato la podemos consumir de forma cruda, como aperitivo y en ensaladas o cocinada, como he hecho yo hoy. Os animo a probarla, si algún día se os da la ocasión, pues su sabor me ha fascinado por completo y, sé, que no será la última vez que la traiga al blog.




Ingredientes:
- 80 gr de alga cochayuyo en trocitos.
- 4 patatas medianas.
- 1 cebolla.
- 2 dientes de ajo.
- 1/2 pimiento rojo.
- 1 pimiento verde.
- 2 hojas de laurel.
- 1 cucharadita de pimentón dulce de la Vera.
- 1/2 cucharadita de comino molido.
- 1/2 cucharadita de cúrcuma en polvo.
- 1 pastilla de caldo vegetal ecológico.
- Sal rosa del Himalaya.
- Aceite de oliva para hacer el sofrito.
- Agua en cantidad necesaria.

Preparación:
  • REHIDRATAR el alga cochayuyo en agua caliente, al menos media hora. Mientras...
  • LAVAR y PICAR todas las verduras en brunoise pequeña.
  • REHOGAR las verduras en un chorro de aceite de oliva, en una olla grande.
  • Cuando las verduras estén tiernas, pero no doradas, AÑADIR las patatas peladas, cascadas y lavadas, dar unas vueltas y AGREGAR los condimentos: laurel, caldo vegetal, pimentón, comino y cúrcuma.
  • PONER el alga con el agua de hidratación incluida y un poco de sal. 
  • AGREGAR más agua, a vuestro gusto, para que el guiso no se quede seco al cocer las patatas.
  • COCER a fuego medio-lento, hasta que las patatas y el alga estén tiernas.
  • RECTIFICAR de sal y servir.

Sabores sencillos y nutritivos es lo que estoy buscando, cada día más en mi cocina... adaptando la tradición a mi forma de comer vegetariana, como siempre, ya sabéis. Espero que os haya gustado mi guiso de hoy y os animéis a probarlo algún día. Queda genial, no os miento.


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Lentejas para comenzar el Año 2021

jueves, 14 de enero de 2021



No hay nada más simple, y a la vez más nutritivo, reconfortante y delicioso que un buen guiso calentito de lentejas, ¿estáis de acuerdo conmigo?

En muchas culturas, las llaman el plato de la abundancia, pues a pesar de ser tan humildes y baratas, nos aportan un sin fin de propiedades beneficiosas para nuestra salud, además de estar cargadas de fibra, lo que nos hace sentir, por más tiempo, sensación de saciedad al comerlas. Si aprendemos a combinarlas, adecuadamente, con otros alimentos, hasta nos pueden ayudar a bajar de peso, ¿curioso, verdad?

Pues, estas pequeñinas son, una legumbre, bajas en calorías y ricas en proteínas, por lo que resultan una opción ideal para incluir en una dieta saludable. Además, son ricas en muchos nutrientes esenciales. ¿Cómo cuáles, te estarás preguntando?

Pues, por ejemplo, en 100 gramos de lentejas encontramos 28 gramos de proteína y tan solo 1 gramo de grasa. Tienen también 67 gramos de carbohidratos y 1 gramo de fibra, que puede ser soluble e insoluble. No tienen colesterol y son bajas en sal, según este estudio de la Universidad de las Américas, Puebla (México).

En España, como en otros muchos países, es típico comer lentejas, al menos una vez a la semana y, también, desde hace años, se puso de moda comer lentejas el último día del año... 31 de diciembre, pues decían que dan suerte; no sé si será verdad o mentira esta fábula, lo que sí sé es que están riquísimas, son muy fáciles de hacer y con esta nueva versión que te voy a preparar hoy, adquieren un sabor intenso, con mucho carácter y personalidad, ¿te las vas a perder?



En mi casa, desde que yo tengo uso de razón, siempre se ha comido para el almuerzo, el día 31 de diciembre, un buen guiso de lentejas... así que, este año, o mejor dicho, el año que ya pasó... el innombrable... quise que fuera igual, aunque la Navidad la hemos pasado en pareja. Sin ver a la familia, pues como sabéis vivimos a miles de kilómetros.

Para darles un toque diferente, se me ocurrió echarles unos tomates secos, previamente hidratados... y fue tal la explosión de sabor y carácter que aportaron al plato, que al final, me he enamorado locamente de esta versión, y creo que de ahora en adelante, siempre las haré así, ¿quieres saber cómo?



Ingredientes:
- 250 gr de lentejas marrones.
- 1 cebolla pequeña.
- 2 dientes de ajo.
- 1 rama de apio.
- 1 zanahoria mediana.
- 2 patatas pequeñas.
- 12 o 14 tomates secos, rehidratados.
- 1 hoja de laurel.
- 1 cucharadita de pimentón dulce.
- 1/2 cucharadita de comino molido.
- Agua en cantidad necesaria (más el agua de hidratar los tomates secos).
- 2 cucharadas de aceite de oliva.
- Sal rosa del Himalaya al gusto (ojo que los tomates secos aportan mucho sabor).

Para servir
- Abundante perejil fresco recién picado.
- Abundante queso parmesano recién rallado (puedes usar mi versión vegana).
- Un hilo de aceite de oliva virgen extra, en crudo (opcional, pero recomendado).
Preparación:
  • REHIDRATAR los tomates secos en agua caliente, al menos, durante 30 minutos.
  • PICAR la cebolla, el ajo, la rama de apio y la zanahoria en brunoise pequeña.
  • SOFREIR en una olla con las dos cucharadas de aceite de oliva, hasta que la cebolla comience a ablandarse, pero sin que tome color.
  • AGREGAR las lentejas limpias y lavadas.
  • PONER el laurel, las patatas en cuadraditos y los tomates secos, rehidratados, cortados en cuartos.
  • AÑADIR el agua de hidratar los tomates y algo más, hasta cubrir las lentejas uno o dos centímetros por encima de su volumen.
  • AGREGAR el comino, el pimentón y una pizca de sal. 
  • COCER a fuego medio- bajo, hasta que las lentejas estén tiernas. Aproximadamente unos 40 o 45 minutos.
  • RECTIFICAR de sal, si fuera necesario, antes de apagar el fuego.
  • SERVIR con perejil fresco recién picado, parmesano recién rallado y un hilo de aceite de oliva.



Me ha encantado poner tomates secos en las lentejas, les da una profundidad y carácter al plato, que nunca antes había experimentado... a veces, con los cambios más sencillos descubrimos sabores nuevos sin quererlo, os lo recomiendo. Espero que estéis bien y nos vemos la semana que viene. Cuidaros que hace mucho fríooooooo!!


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