Parece que desaparecí, y no era mi intención... Resulta que se me echó el tiempo encima y con mil y una cosas... "y la casa sin barrer"... y el trabajo excesivo antes de las vacaciones, los preparativos de mi viaje para pasar la Navidad en familia... y yo sin recetas y sin tiempo, material, para cocinarlas, hacer las fotos, editarlas y escribir los posts... así que al final, me rendí y decidí tomarme un respiro bloguero, pues la vida no me daba para más.
Ahora vuelvo renovada, en serio, ¡qué falta me hacía y qué poco me daba cuenta...! Qué falta me hacía, digo, el descansar y disfrutar de los míos sin preocupaciones, sin presiones y sin mirar el reloj, os lo aseguro. Después de estos días de asueto total... he podido reflexionar, recargar las pilas (y las ganas, dicho sea de paso) y pensar qué nuevas ideas puedo introducir en el blog para "innovar", si es que aún es posible y seguir con este proyecto adelante, pues me gusta, pero reconozco que, a veces, hay que renovarse y desempolvarse un poco, para no cansar ni aburrir... ¿no os ha pasado alguna vez esto?
En fin, que con nuevas ideas y proyectos en mi cabecita, aquí estoy para estrenar este flamante 2020. Ya os iré contando, conforme pasen las semanas, y las publicaciones, qué cambios, reformas y novedades voy a ir introduciendo en La Olla Vegetariana... ¿te apuntas a descubrirlas conmigo?
Para comenzar, he querido traer una receta que hacía "siglos" tenía ganas de hacer para publicarla en el blog, las migas de toda la vida, pero en versión vegana. Como ésta es una de las comidas, que en familia, hacemos para inaugurar el Año Nuevo, desde hace décadas... no podía faltar en mi repertorio. Estas, en concreto, las hice el día 1 de enero de 2020 con mi hermana Chari, en casa de mis padres, en el campo... y ¡qué ricas estaban! Quedaron espectaculares, muy sabrosas (a pesar de no llevar chorizo o tocino... ) y muy jugosas; así que vamos con la receta que es muy sencilla y me trae buenísimos recuerdos de momentos vividos entre los que más amo en este mundo.
Ingredientes:
- 1 bollo de pan de pueblo.
- Agua en cantidad necesaria para humedecer el pan.
- 4 o 5 dientes de ajo, bien gordos.
- 2 pimientos rojos (tipo italiano) del campo de mi padre.
- 1 pimiento verde (tipo italiano) del campo de mi padre.
- 5 salchichas estilo Frankfurt, veganas. Podéis poner chorizo vegano, que sería mucho mejor, pero yo no tenía y era 1 de enero (todo cerrado).
- 1/2 vaso de aceite de oliva virgen extra.
- Sal y una buena cucharada de pimentón de la Vera ahumado.
- Agua en cantidad necesaria para humedecer el pan.
- 4 o 5 dientes de ajo, bien gordos.
- 2 pimientos rojos (tipo italiano) del campo de mi padre.
- 1 pimiento verde (tipo italiano) del campo de mi padre.
- 5 salchichas estilo Frankfurt, veganas. Podéis poner chorizo vegano, que sería mucho mejor, pero yo no tenía y era 1 de enero (todo cerrado).
- 1/2 vaso de aceite de oliva virgen extra.
- Sal y una buena cucharada de pimentón de la Vera ahumado.
Preparación:
- CORTAR, el bollo de pan, en rebanadas desiguales, del tamaño de un bocado.
- DEPOSITAR en un bol con un poco de sal y agua necesaria, para humedecer ligeramente el pan.
- TAPAR con un paño limpio y dejar reposar toda la noche.
- Al día siguiente, MACHACAR los ajos con piel y todo, dándoles un golpe seco con el torso del cuchillo. CORTAR los pimientos en trocitos pequeños.
- SOFREIR en el aceite los ajos, los pimientos y las salchichas o el chorizo vegano hasta que estén dorados. RETIRAR de la sartén o perol, dejando el aceite sobrante en la misma y PONER algo más si es necesario, para hacer las migas.
- ECHAR el pan reposado de toda la noche y comenzar a sofreir, a fuego medio, dando vueltas constantemente con la espumadera, procurando que no se sequen ni se quemen las migas.
- AÑADIR el pimentón ahumado al gusto, esto le dará el sabor característico de las migas con chorizo de toda la vida.
- AGREGAR el sofrito anterior, CONTINUAR dando unas vueltas, y PROBAR hasta que no sepa a pan crudo y las migas estén esponjosas, jugosas y bien hechas.
Fotos más rústicas y auténticas de la vida misma, creo que no puede haber... están tomadas, a la ligera, un día 1 de enero... en la tapa del pozo de la casa de mis padres, deseo que las disfrutéis y las hagáis algún día, pues realmente están riquísimas. Nos vemos la semana que viene.
P.D. Si tenéis un ratito y os apetece probar una comida casera, hogareña y real, pasaros a ver las fotos renovadas de mi antigua salsa boloñesa vegana.
P.D. Si tenéis un ratito y os apetece probar una comida casera, hogareña y real, pasaros a ver las fotos renovadas de mi antigua salsa boloñesa vegana.
Bienvenida de nuevo al blog, Pilar.
ResponderEliminarEsos días en familia don la sal de la vida
Inauguras el año con una receta deliciosa.
Gracias por compartir.
Hola Isabel, gracias por venir a saludarme, yo también me alegro de estar de vuelta... besos y nos seguimos viendo, tengo que hacerte una visita.
EliminarPues Feliz Año Nuevo. Inaugurar el año con unas migas de pan en familia no me parece mala idea, cuando voy al pueblo también las hacemos, son típicas además las de harina, pero hoy nos pondremos con las tuyas. A esta preparación le pegan todo tipo de tropezones, en la época navideña es normal acompañarlas con granadas, uvas, rábanos,... hasta con chocolate las hemos comido. Siempre buenísimas, aunque no se pueden comer muchas porque llenan bastante. El aspecto rústico del que hablas solo demuestra el ambiente del que os rodeasteis y desde luego no puede ser mejor.
ResponderEliminarMe encanta tu vuelta a la blogosfera.
Un beso.
Oh, Lola, me encantan tus palabras, muchas gracias, querida amiga por tus fidelidad y por confiar en mis recetas. Nos seguimos hablando. Besos.
EliminarBuenos días cariño mío, qué te voy a decir yo, si tengo la dicha de formar parte de tu vida, y ¿sabes qué? Si volviera a nacer y me dieran a elegir, volvería a ser miembro de nuestra familia, con sus virtudes y defectos, creo que no se puede tener mejor suerte, para mi estos momentos en familia, son el mejor regalo, porque somos una familia unida, sin malos rollos, donde cada minuto que pasamos juntos, se disfrutan como si no hubiera un mañana. Apoteósico fueron el 24 y el 25, en compañía del “dedosparrras” no nos pudimos reír más, lo estoy recordando y me salen lágrimas de la risa, Jajajaja...¡Ayomá! Qué buenoooo..., Jajajaja...
ResponderEliminarComo tus migas, que al final triunfaron, para mí, estaban incluso más ricas que las del perol grande, por eso de ser más lights, Jajajaja..., pero bueno en estas comidas familiares ya se sabe, empezamos con el quesito y las aceitunas, y no paramos hasta juntarlo con la merienda, ¡Qué lote de comer! Y de reír, que ese siempre es el plato que mejor sienta.
Deseando repetir, un beso enorme para los cuatro ❤️
Vaya tela... a qué me haces llorar y todo!! Si es que no se puede tener mejor familia. Yo llegué la última, pero todos me recibisteis con los brazos bien abiertos y llenitos de amor. Muchas gracias, sin vosotros, no sería lo que soy en día. Besos mi querida hermana mayor, eres increíble.
Eliminar¡¡Hola Pilar!!¡¡Vaya buena entrada que tuviste de año, con estas migas camperas tan ricas!! La verdad es que las fotos tienen un algo especial, y ya lo has aclarado, están hechas en un buen momento para ti, en familia y disfrutando y te aseguro que hasta las fotos, reflejan eso. Me encanta el solecito que le da, la luz que tienen las fotos, y tanto me ha gustado que no me hubiera importado transportarme el día uno a ese lugar y disfrutar con todos vosotros de esta comida tan rica. Muy originales y vamos, que las fotos lo dicen todo. Estupenda también tu salsa boloñesa, qué rica. Besitos.
ResponderEliminarGracias querida Isabel, por tan bonitas palabras, solo hay que leerlas para saber que están llenas de aprecio y reconocimiento a mi trabajo. Te mando un platito de migas cuando quieras, amiga, besos y seguimos en contacto.
EliminarPilar no te creas, yo creo que todos estamos recolocándonos tras las navidades. Yo me tomé un respiro antes de nochebuena y aunque he vuelto a publicar en enero no tengo tiempo para bloguear porque este mes es muy intenso en mi trabajo y porque con este frío cuando no está mala una niña lo está la otra y si no hay un diente asomando o toca una vacuna ¡un horror!
ResponderEliminarEstas migas tienen una pinta deliciosa y las fotos son una maravilla. Estoy deseando ver qué nuevas ideas tienes para este 2020 ¡aquí estaré todas las semanas! ¡BEsos mil!
Gracias querida Cuca, qué bonitas palabras... en fin, ya sabemos que las mamás estáis muy ocupadas, y más las que sois trabajadoras, como tú. Te admiro, querido, pues yo que no tengo hijos, pero sí trabajo, estoy siempre con la sensación de no tener tiempo para nada... imagínate tú.... que tienes dos cachorritas que enseñar y criar... te admiro, Cuca y te mando muchos besos, a ti y a tus princesas.
EliminarQue bien sienta un descanso de vez en cuando ,me alegra que vengas con las pilas recargadas , estoy deseando ver los cambios que vas hacer 😉
ResponderEliminarLas migas te han quedado de relujo y seguro que están de rexupete 😋
Bicos mil y feliz finde wapa 😘
Chus, querida, qué alegría verte por aquí, me gusta que vengas, y me gusta ir a verte... besos y seguimos en contacto.
EliminarPilar lo primero feliz 2020,que como veo empezaste genial,si tu no dices que las migas son veganas ni me entero por el color y el aspecto tan rico que tienen......seguro que no quedo ni un trocito de pan
ResponderEliminarMuchos besitos guapa¡¡
Feliz año Victoria Eugenia, me alegro mucho de saludarte. Gracias por pasarte a ver mis migas y por tus lindas palabras. Besos
EliminarHola Pilar, me encantan tus migas, yo las disfrutaría a lo grande, sobre todo ahora con este tiempo d frío ue son cuendo mñas aptecen. Me has traído los má bonitos recuerdos pues mi padre era quien las preparaba en casa, las últimas fueros para el blog y las hicimos juntos, mil gracias Pilar!!
ResponderEliminarFeliz año Elisa y gracias por venir. Las migas, en nuestra tierra suelen ser un plato muy familiar y que casi siempre hacían nuestras abuelas, padres o madres. Mi madre también las hacía riquísimas, pero como sabes, ella ya no puede cocinar, ahora han cogido el relevo mis hermanas mayores y mi cuñado, también el mayor, que las hace cada fin de semana para su Mesón y son todo un éxito, aunque en su versión carnívora, claro. Besos.
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